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Capítulo 431: Tenemos el uno al otro
Rain se quedó en País Lamey, supervisando el tratamiento de su mamá junto a su papá. A diferencia de antes, su papá había recuperado gran parte de su salud. Atrás quedaron los días en que había perdido peso y lucía ojeras. Era evidente para cualquiera que estaba en una condición mucho mejor, tanto física como emocionalmente.
—En serio, sacaste tu apetito de tu mamá. Verano era una glotona —bromeó Arlan mientras miraba a Rain comer su almuerzo con él y Alejandro en la habitación de Verano.
Rain hizo un puchero y se defendió:
—Papá, estoy comiendo tanto porque tengo dos bebés dentro de mí.
Los ojos de Arlan se iluminaron de alegría al escuchar eso. Aún no podía creer del todo que iba a ser abuelo. Se giró hacia Verano, que yacía inconsciente en su cama, y le habló suavemente:
—¿Escuchas eso, querida? ¡Nuestra hija va a tener gemelos! Necesitas despertarte pronto para que puedas conocerlos.
La voz de Arlan estaba llena de esperanza y emoción.
Rain sonrió, su corazón rebosante de amor por su papá. Habían pasado días desde que el ánimo de Arlan había mejorado, y ella estaba agradecida de verlo tan animado.
Los doctores les habían aconsejado que hablaran con su mamá incluso mientras estaba inconsciente, ya que creían que podría ayudarla a responderles.
Les explicaron que hablarle sobre el pasado y sobre cómo había terminado en su estado actual la ayudaría durante el tratamiento. Los doctores creían que, aunque estaba inconsciente, su mente aún podía procesar la información.
Le dijeron a Rain y a su papá que una vez que su mamá llegara a un punto en el que su curiosidad se despertara, cuando empezara a querer saber más, a cuestionar qué había pasado o si las historias eran ciertas, eso estimularía su cerebro y aumentaría las posibilidades de que despertara pronto.
Al principio, dudaron, inseguros de si era lo correcto, pero los doctores insistieron mucho en que actualizaran a su mamá sobre todo lo que había ocurrido.
Entonces su papá le contó todo a su mamá en los días pasados, la verdad sobre cómo Tim había intercambiado a los bebés, cómo Rain era su verdadera hija.
Y parecía estar funcionando porque vieron caer lágrimas de los ojos cerrados de su mamá cuando su papá le contó esos detalles. Era una buena señal. Pensar en eso le dio a Rain un destello de esperanza.
Ya podía ver los pequeños signos de que su mamá estaba respondiendo a las actualizaciones, y eso le hacía creer que, más pronto que tarde, Verano volvería con ellos.
—Solo espero que Mamá pueda manejar todo una vez que despierte —dijo Rain suavemente, con tono de preocupación. Miró a su mamá, que yacía pacíficamente en la cama, aún inconsciente—. Estoy segura de que realmente amaba a Carla, y por eso es tan difícil para ella escuchar todo esto. Vi cuánto la cuidaba… va a ser mucho para que lo procese.
La expresión de Arlan se suavizó al extender la mano para tomar la de ella.
—Lo sé, querida. Va a ser difícil para ella, pero estamos aquí. La ayudaremos a superarlo. Y cuando despierte, enfrentaremos todo juntos como familia.
Hizo una pausa, mirando la figura inmóvil de Verano.
—Ella es fuerte, igual que tú. Tú y Verano tienen ese tipo de fuerza que… es difícil de explicar. Pero sé que saldrá adelante.
Rain asintió, pero no podía evitar el nudo de preocupación en su pecho. La verdad sería difícil de aceptar para su mamá, especialmente después de todo lo que había creído sobre Carla. Pero Rain estaba decidida a estar allí para su mamá, pase lo que pase.
—Aún no puedo creer que todo esto haya sucedido —murmuró Arlan, mirando de Rain a la dormida Verano—. Pensar que perdimos tantos años, y ahora… ahora voy a ser abuelo. ¡Y de dos bebés pronto!
Su voz se quebró un poco, y Rain pudo ver el peso emocional detrás de sus palabras.
—Lo sé, papá —dijo Rain suavemente—. Es mucho para asimilar. Pero estamos aquí ahora, y lo arreglaremos todo.
Al terminar su comida, se levantó y caminó hacia el lado de su mamá. Tomó suavemente la mano de su mamá, llevándola a su mejilla, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
—Por favor despierta, mamá —susurró—. Te necesito. Te necesitamos.
La habitación estaba en silencio, salvo por el suave zumbido de las máquinas que monitoreaban los signos vitales de su mamá.
Por un momento, Rain simplemente se quedó allí, sosteniendo la mano de su mamá, sintiendo el peso de todo lo que había sucedido, pero también el calor de la familia que ahora la rodeaba.
Arlan colocó una mano en su hombro, dándole un suave apretón.
—Ella volverá con nosotros pronto —la tranquilizó—. Y entonces, seremos una familia nuevamente.
Rain asintió, limpiando una lágrima rebelde. Miró a su papá y a Alejandro, quienes la habían estado observando en silencio.
—Superaremos esto juntos —dijo, con voz firme a pesar de las emociones que giraban dentro de ella—. Nos tenemos los unos a los otros.
La habitación se sentía más cálida ahora, llena del amor y la esperanza que solo una familia podía brindar. Y por primera vez en mucho tiempo, Rain se permitió creer que tal vez, solo tal vez, todo estaría bien.
Alejandro la atrajo suavemente hacia su abrazo, sus brazos envolviéndola de manera reconfortante.
—Recuerda, nuestros bebés sentirán tus emociones, así que trata de evitar el estrés y las lágrimas —murmuró, con voz llena de calidez y cuidado.
Rain se rió entre lágrimas, apreciando su suave recordatorio.
—Tienes razón —dijo, su voz temblorosa mientras él secaba sus lágrimas con el pulgar—. Simplemente no puedo evitarlo a veces.
Él sonrió, apartando un mechón de cabello de su rostro, sus ojos llenos de amor y seguridad.
—Lo sé. Y siempre estaré aquí para recordártelo…
Rain apoyó su cabeza contra su pecho, dejando que el latido constante de su corazón la tranquilizara. Sintió una sensación de paz en su abrazo, donde el peso de todo parecía un poco más ligero.
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