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Capítulo 1394: discípulo de Aeliana Ruinous

—Hmmm.

Aeliana murmuró mientras miraba a Melia con curiosidad reflejada en sus ojos. Una vez más, Melia se sintió incómoda bajo su mirada; sin embargo, no rompió el contacto visual, quería que Aeliana supiera que no estaba bromeando, quería que la mujer viera su determinación.

—¿Y qué me ofrecerías a cambio? —preguntó de repente Aeliana.

Un ceño apareció en el rostro de Melia, no estaba esperando esa pregunta y, al ver su reacción, una sonrisa juguetona apareció en el rostro de Aeliana.

—Soy la Líder de la Órden Ancestral, chica. Gobierno sobre todo Yrniel y manejo la política universal, no soy exactamente una de las “libres” como los Progenitores. Después de todo, a diferencia de ellos, no puedo delegar mis responsabilidades a otros seres, mi sentido de la responsabilidad no me permitiría hacer eso. No soy desvergonzada.

La última frase fue claramente un ataque hacia los Progenitores. Aeliana estaba segura de que si la Madre de todos los Humanos estuviera aquí, la mujer simplemente se reiría y observaría la situación con interés. Después de todo, después de vivir tanto tiempo, palabras como esas apenas les hacían sentir algún tipo de vergüenza. La piel de los Progenitores era tan gruesa que, en lugar de sentirse avergonzados, ese grupo perezoso simplemente le cargaría más responsabilidades a ella.

Sí, Aeliana estaba claramente en una posición impotente y lamentable.

—¿No estarás esperando que asuma otra responsabilidad como entrenarte, sin que me ofrezcas nada a cambio, verdad? —habló Aeliana, mirando a Melia, quien ahora tenía una expresión complicada en su rostro.

—…¿Qué quieres? —preguntó Melia después de pensar un rato.

Ésta no era la dirección que esperaba que tomara la conversación. Sentía que, dado que los Progenitores parecían bastante interesados en su grupo e incluso ofrecieron tomar algunos de ellos como estudiantes, sus posibilidades de conseguir lo que deseaba eran altas.

¿Fue un pensamiento ingenuo? Tal vez.

Pero al ver cómo los Progenitores incluso ofrecieron su sangre a sus hermanas, ella creía que su solicitud no era tan difícil de cumplir. Después de todo, no necesitaba sangre, sólo necesitaba orientación.

Sin embargo, ahora que fue puesta en el pedestal, no podía dar una respuesta satisfactoria y decidió pasarle la pelota a Aeliana.

—Quiero que me hables sobre las habilidades de Nux, quiero que respondas honestamente todo lo que pregunte sobre él; si haces eso, yo haré…

—No puedo hacer eso. —La respuesta de Melia fue instantánea.

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Ni siquiera le dio a Vyriana, quien estaba lista para interrumpir, la oportunidad de abrir la boca.

—Si tienes curiosidad sobre las habilidades de mi esposo, puedes hablar con él; no obtendrás nada de mí.

Por mucho que Melia necesitara ayuda, jamás haría algo que pudiera perjudicar a Nux. Después de todo, la razón principal por la que necesitaba todo esto era para impresionar a Nux y… ser «recompensada» por sus esfuerzos.

Aeliana levantó una ceja cuando escuchó esa respuesta,

—Tu respuesta no está ayudándote, chica. ¿No deseas mi ayuda? —preguntó.

—Puedes pedir cualquier cosa que no esté relacionada con mi esposo o mis hermanas —Melia habló.

—Debes saber que como la líder de la Órden Ancestral, lo que más me interesa es ese hombre anormal. En realidad, la única razón por la que estoy interactuando contigo aquí es porque estás cerca de él; fuera de eso, no tienes valor para mí.

—Si la única manera de obtener tu ayuda es vendiendo a mi esposo, entonces encontraré otra manera de enfrentar mi situación —respondió Melia, ignorando completamente cómo Aeliana prácticamente la llamó inútil.

A pesar de sentirse inferior a sus hermanas, sabía su valor.

Sabía el valor que tenía a los ojos de su esposo, sabía el valor que tenía en su familia; la opinión de un extraño no importaba.

Y Melia estaba segura de que un día, le demostraría a esta mujer su «valor».

Al pensar que la «reunión» había terminado, Melia se dio la vuelta, queriendo abandonar el lugar y pensar en otra forma de formar su Ley. Al ver que la mujer estaba a punto de irse, Skyla, quien sintió la necesidad de apoyar a su hermana, rápidamente siguió a la mujer, preparándose para hablar con ella una vez estuvieran solas.

Sin embargo, esta vez, Skyla no estaba sola. El resto de las mujeres decidieron seguirla también, todas apoyando a su «hermana».

La única que no se movió fue Amaya, quien miraba a Aeliana con una sonrisa curiosa en su rostro.

Astaria lo notó y sintió que algo estaba mal; sin embargo, al ver que el resto de sus hermanas se movían, decidió seguirlas. A pesar de no ser buena con las palabras, quería que Melia supiera que estaba disponible cada vez que necesitara alguien con quien hablar. Después de todo, lo que Melia estaba sintiendo actualmente era algo con lo que podía relacionarse.

Ella también había pasado desesperadamente un año sola sin Nux buscando fuerza.

—¿No deberías detener tu prueba ya? Podrías ser rechazada por ella si la continúas mucho más, ¿sabes?

De repente, Amaya, quien había estado en silencio todo este tiempo, habló.

Melia, quien ya había creado un portal, se detuvo cuando escuchó esas palabras. Al ver a Amaya mirando a Aeliana, frunció el ceño. Melia pensó que la mujer estaba intentando luchar por ella, algo que no apreciaba; sin embargo, antes de que pudiera decir algo,

notó que una sonrisa se dibujaba en el rostro de Aeliana.

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—¿Cómo lo supiste? —preguntó Aeliana con una mirada curiosa en su rostro.

—Era evidente. —Amaya se encogió de hombros.

—Tus hermanas no parecen pensar lo mismo. —Aeliana señaló al resto de las mujeres.

—Estaban preocupadas por Melia, así que deben haberlo pasado por alto.

—¿Estás diciendo que no te preocupa tu hermana? —preguntó Aeliana con una mirada curiosa en su rostro.

—No —habló Amaya sin dudar—. Sólo me importa Nux, las demás habrían muerto si fuera por mí, pero como mi esposo estaría triste si les pasara algo, me contengo. —Amaya suspiró con una expresión cansada.

Su vida era agotadora y complicada.

—Heh, hablas como si tuvieras la habilidad de matarnos. —Astaria se rió. Sus ojos brillaron mientras miraba a la mujer.

—Simplemente necesito devorar tu espada. No es tan difícil. —Amaya respondió con indiferencia.

—¿Por qué no lo intentas? —preguntó Astaria con una sonrisa que no parecía una sonrisa en absoluto.

—No soy una bruta como tú. —Amaya negó con la cabeza.

—Yo…

—¿Hermana Amaya, estás diciendo que me matarías…? —Astaria quería decir algo, sin embargo, fue interrumpida por Skyla, quien, en algún momento, había corrido hacia Amaya y le preguntó con sus grandes ojos brillando de manera lastimosa.

…

Ante la mujer, incluso Amaya sólo pudo quedarse callada y desviar su mirada.

Estaba preparada para enfrentarse a todas sus hermanas, excepto a esta. Amaya no quería admitirlo, sin embargo, se había encariñado con Skyla. A pesar de que la mujer era mayor que ella, la trataba como una hermana menor, alguien a quien quería consentir.

—Lo que sea. —Al final, Amaya simplemente se dio la vuelta, sin querer seguir más con este tema.

Sin embargo, antes de irse, miró a Aeliana y,

—Deja de jugar, señora Aeliana. Creo que ya has puesto a prueba suficiente a mi hermana, aunque no me gusta particularmente porque ella, como las demás, toma tiempo que mi esposo podría pasar conmigo, sigue siendo talentosa.

—Él es MI esposo. —Melia entrecerró los ojos mientras miraba fijamente a Amaya. En ese momento, ignoró completamente a Aeliana y lo que quería. Después de todo, marcar su territorio era mucho más importante.

De lo contrario, una perra como Amaya tomaría todo de ella.

Amaya, por otro lado, no dijo nada. Después de todo, en su cabeza, sabía que ella era la mejor esposa, mucho mejor que cualquiera de sus hermanas.

«Si tan sólo fuera más fuerte que él».

La mujer no pudo evitar murmurar con frustración.

Cuánto deseaba simplemente secuestrar al hombre y encerrarlo en una habitación para pasar una eternidad con él.

No permitiría que ninguna perra siquiera lo viera, mucho menos acercarse a él.

Los ojos de Amaya mostraban oscuros deseos mientras comenzaba a pensar en todo esto; pronto, se perdió en su propio mundo y un lugar muy importante comenzó a verse afectado por su línea de pensamientos.

—En el futuro. —De repente, Aeliana habló.

Todas las mujeres se giraron hacia ella y vieron que la vampiro miraba a la pequeña vampiro.

—La actual tú no tienes nada que puedas darme, pero creo que el futuro no será el mismo. Estoy dispuesta a invertir en tu futuro. Te ayudaré ahora y, en el futuro, me deberás un favor. ¿Cómo suena eso? —preguntó Aeliana.

—Mientras no perjudique a mi esposo o a mis hermanas de ninguna manera, haré lo que quieras —respondió Melia, y al escuchar su respuesta, una gran sonrisa apareció en el rostro de Aeliana.

—Entonces, Melia Leander, a partir de ahora, eres mi discípula, la discípula de Aeliana Ruinous.

—Sí, maestro. —Melia habló mientras se arrodillaba sobre una rodilla y bajaba la cabeza.

La sonrisa de Aeliana se ensanchó aún más, diferentes emociones se reflejaron en sus ojos, emociones que sólo su amiga de toda la vida podía ver.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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