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  3. Capítulo 154 - 154 Capítulo 156 LYON
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154: Capítulo 156: LYON 154: Capítulo 156: LYON Parte del equipo se dirigió a casa de Elena mientras los otros se quedaron aquí.

Hice que mis hombres les dieran escolta aunque estaba seguro de que no la necesitaban, pero era cortesía.

—Tú, arriba.

—Había esperado hasta que ella se despidiera de todos sus amiguitos y cerrara.

—No empieces, me has estado ocultando cosas y eso no es parte del código matrimonial.

—Ella reescribe esa mierda cada vez que puede.

—¿Te sientes valiente, eh?

—Reunimos a los niños y los mandamos a la cama después de pelear con Catalina sobre quedarse despierta esperando al gordo.

El bebé fue el último que revisamos antes de irnos a dormir.

Era más de medianoche y mañana iba a ser un día largo.

—Entonces, ¿qué era lo que estabas tratando de averiguar?

—Ella empezó a ponerse nerviosa mientras nos desvestíamos para dormir.

Creo que mi tono la está alertando o alguna mierda así, supongo que viene con los años de matrimonio.

No tengo problema con que ella husmee, es mujer, está en los genes o alguna mierda así.

Pero lo que sí me molesta es que lo hiciera a mis espaldas.

No la había reprendido por hacerlo con Ley, las cosas estaban demasiado calientes entonces, pero esto, no hay excusa.

—¿Me preguntaste qué estaba pasando?

Te hice una pregunta, espero una respuesta.

—Colton —Una ceja levantada fue todo lo que se necesitó para hacerla hablar.

—Sí, lo hice.

—¿Y qué te dije?

—Dijiste que no era nada pero yo sé…

—Oye.

—Su voz había subido demasiadas octavas y como ya estaba al borde de una paliza, estaba tratando de salvarla considerando que eran las putas fiestas y teníamos visitas.

—Te dije que lo dejaras en paz, así que decidiste buscar respuestas en otro lado, ¿cómo suena eso para ti, Kat?

—Por supuesto, ella fingió gran interés en doblar su ropa y ponerla en el cesto antes de darme una respuesta.

—Solo estábamos hablando, no es como si hubiéramos salido a cazar a esta gente nosotras mismas.

No somos niñas, sabes, tenemos tanto derecho como ustedes a saber qué está pasando en nuestras vidas, en sus vidas —La escuché despotricar mientras me desvestía y me metía en la cama.

Esperé hasta que estuviera cerca de terminar.

—¿Terminaste?

Ven aquí.

—Si pensaba que iba a perder mi aliento con su terca cabeza estaba equivocada.

Hablo lo suficiente para dejar clara la infracción y luego actúo.

Abrí el cajón superior de la mesita de noche y saqué lo que necesitaba.

Cuando ella vio el despliegue su voz empezó a quebrarse pero era demasiado tarde.

No era tanto que hubiera desobedecido sino que había mostrado nuestras cartas frente a los demás.

No sé cómo esos muchachos manejan a sus mujeres y no es mi problema.

Pero que mi esposa sonsacara información a nuestros invitados después de que los había invitado a nuestra casa era un gran no-no.

Estoy seguro de que su mente no lo vería así, maldita mujer.

Pero si un hombre no puede controlar su casa no puede manejar nada más y nadie lo respetará.

Ella estaba a medio camino de la puerta cuando terminé de atar la última cuerda a las cuatro esquinas de la cama.

—Trae tu culo aquí.

—No me volví para asegurarme de que me obedecía, sabía que su culo mejor hacía lo que le decía.

Odio hacerle esta mierda, había pasado un tiempo desde que estuvimos aquí, pero esta mierda con la que estábamos lidiando se estaba yendo al sur rápidamente y no quería su pequeño culo cerca de esto.

Se sentó con fuerza en la cama con una buena dosis de actitud, pero sabía que era mejor no abrir la boca.

Las lágrimas habían comenzado pero las ignoré, muy mal por ella, se había buscado esta mierda ella sola.

—Acuéstate.

—La ayudé a colocarse en medio de la cama y até sus brazos antes de amordazarla.

Después de asegurarme de que sus ataduras estaban ajustadas, saqué el separador de piernas para la diversión real.

Hizo ruidos alrededor de la mordaza pero yo ya estaba en modo frío.

No podía oír nada.

Separé sus piernas y las mantuve en el aire.

Luego vino el cinturón.

Gritó como loca cuando el primer latigazo aterrizó en su muslo interno, y estaba llorando incontrolablemente para el décimo.

Sin embargo, no había dejado de luchar contra sus restricciones, así que mi trabajo estaba lejos de terminar.

Luego fui por su clítoris con el vibrador mientras le metía los dedos en el coño, retirándolos cada vez que sentía los pequeños temblores que señalaban su orgasmo.

Mantuve eso durante una buena media hora hasta que pensé que había tenido suficiente.

Quité el separador de piernas, até sus piernas a la cama y salí.

—Buenas noches.

***
Estaba furiosa más allá de toda medida cuando la liberé temprano a la mañana siguiente.

—Espera, no te dije que te movieras —se volvió a acostar en la cama y me tomé un momento para aclarar mi mente antes de inclinarme sobre ella—.

Déjalo.

No necesitaba decir más para que entendiera mi significado.

Nunca sabrá el miedo que me recorrió cuando los muchachos y yo volvimos afuera y los SEALs nos pusieron al tanto de con qué estábamos lidiando.

Las longitudes a las que llegarían algunas de las personas involucradas.

El pensamiento de que ella se acercara a esa mierda me enviaba escalofríos por la columna.

—Ya puedes levantarte, tenemos visitas.

Si veo un solo puchero hoy no voy a estar feliz —me dirigí a la ducha mientras ella iba a buscar al bebé que empezaba a inquietarse.

La maldita temperatura en la habitación estaba bajo cero, feliz puta Navidad para mí.

Mi casa parecía una convención de motociclistas para cuando llegaron todos nuestros invitados.

Se suponía que esto sería algo de todo el día con gente entrando y saliendo.

Habíamos hecho las rondas de caridad el día anterior así que todo lo que tenía que hacer hoy era mantener el cubo de hielo lleno y la cerveza fría.

Mi madre llegó temprano para ayudar a mi esposa que todavía no me hablaba y noté que las otras mujeres tampoco parecían muy felices, y los hombres tenían más o menos la misma mirada que yo.

Supongo que se había dicho y hecho mucho detrás de puertas cerradas anoche después de que todos se fueron a la cama.

Con suerte la mierda funcionó porque solo tomaría una mujer rebelde para joder nuestra mierda.

—Colton, ¿qué le hiciste a mi nuera?

—No tengo idea de qué hablas, Elena —dijo ella mientras trataba de acorralarme en la cocina mientras se reabastecía de huevos—.

Bueno, no está como siempre y sé que lo único que puede hacer eso eres tú ya que mis nietos parecen todos alegres y felices.

—¿Por qué no tomas tus huevos y dejas de acosarme, mamá?

—Estaba esquivando el culo de Char de nuevo ya que tenía un millón y una preguntas.

Me sorprendió que no le hubiera contado a Elena o Kat sobre su mierda de vudú.

La próxima vez que trató de acorralarme la dejé para preguntarle justamente eso.

—Bueno Colton, gracias por mi muy lindo regalo de Navidad.

—No están aquí para ti, Char, pero tengo una pregunta.

Si ves lo que dices ver, ¿cómo es que no lo has compartido con tu grupo?

—Toda su actitud cambió y miró alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca.

—Trato de no preocupar a mis amigas innecesariamente.

Si pensara por un segundo que podríamos hacer algo sobre la situación puedes estar seguro de que ya habría dado la voz de alarma.

Pero no en este caso.

—¿Qué es exactamente lo que ves?

—Debe ser la primera vez que la tomaba en serio, la primera vez que le había pedido que explicara.

Aquel día cuando vio lo que sea que vio sobre Kat, lo había sentido, la certeza, el miedo.

Fue entonces cuando había empezado a dar crédito a sus muchos desvaríos.

Desde entonces me he mantenido alejado.

—Veo oscuridad, gran oscuridad y hombres con almas negras.

Hay mucha agua turbia, muerte.

Pero veo un final para todo esto, aunque habrá mucho caos rodeando todo el lío.

—Me pregunto qué pensarían los otros si compartiera esta pequeña reunión con ellos.

Probablemente que había perdido la maldita cabeza.

—Gracias Char, ahora ve a portarte bien.

—Me tomé cinco minutos para dejar que sus palabras se hundieran antes de unirme al caos nuevamente.

No sé cómo lo hacían las mujeres, pero había un flujo interminable de comida y bebida, y los niños se estaban portando de lo mejor.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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