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- Rudo y Redimido: Domando a su Rey Motociclista
- Capítulo 152 - 152 Capítulo 154 LYON
152: Capítulo 154: LYON 152: Capítulo 154: LYON —¿Cuánto saben tus mujeres sobre esta pequeña situación que estamos manejando?
—Nada, ¿por qué?
—Logan se giró para mirar en la misma dirección que yo, una vista directa hacia la sala principal donde se habían reunido las mujeres.
—Míralas ahí dentro.
No he oído ninguna risa viniendo de allí, nadie está tirando del pelo de nadie así que no están peleando, pero todas están muy absortas en lo que sea que está pasando.
Y mira ahí, el lenguaje corporal cambió tan pronto como mi esposa notó que estaba mirando.
—No hay manera de que lo sepan.
—Ahora tenía la atención de todos por una razón diferente.
Habíamos estado dando vueltas a ideas sobre el mejor movimiento a hacer y no llegábamos a ninguna parte porque los SEALs estaban en modo espera.
Ahora teníamos otro problema entre manos.
—Sé cómo averiguar lo que saben.
—Torcí mis labios e hice la llamada que uso en ocasiones especiales, es una llamada que solo una persona conoce.
Ella vino corriendo unos segundos después, toda sonrisas e inocencia.
Su madre le había puesto un lazo en el pelo y había hecho algo con sus rizos que los hacía brillar bajo la luz de la luna.
Parecía un cuento de hadas o algo así, pero yo sé la verdad.
—Ven aquí Catalina.
—Estaba un poco tímida con todos los hombres alrededor pero vino—.
¿Qué está haciendo tu madre ahí dentro?
—Sí, sé que está jodido que use a mi hija de esta manera, pero es mejor que algunos de los tipos en mi nómina para estas cosas.
Me dio una mirada sospechosa al principio, como si pensara que estaba tratando de tenderle una trampa ya que le he estado diciendo siempre sobre escuchar detrás de las puertas y esas cosas.
Supongo que decidió que yo estaba siendo sincero, maldita niña.
Miró alrededor a los otros antes de hacerme señas con el dedo.
Caminé unos pasos hasta que estuvimos fuera del alcance de sus oídos.
—No escuché todo porque tuve que perder a los otros.
—¿Quién diablos es esta niña?—.
Pero estaban diciendo algo sobre el tráfico y algunas de las señoras se metieron en problemas por ir al agua y el hombre malo casi las atrapa.
—Tomó aire y frunció el ceño en concentración.
—Una de las señoras bonitas recibió trabajo de Stockton, oh y Micini quien quiera que sea.
—Me miró expectante la pequeña astuta.
Solo pude mirarla con asombro.
Estaba en la punta de mi lengua regañarla por escuchar las conversaciones ajenas otra vez pero eso sería hipócrita.
También sabía que no tenía caso decirle que no hiciera esa mierda porque no escucharía de todos modos, igual que su maldita madre—.
Catalina, ¿por qué estabas escuchando su conversación?
—Nadie me dice nada.
—Como si tuviera cien años.
—Ve a jugar con los otros y no más espionaje o te castigaré de nuevo.
—Puso los ojos en blanco porque sabía que estaba mintiendo, tenemos la relación más extraña.
Estoy seguro de que algún psiquiatra tendría un día de campo con esto, pero funciona para nosotros.
—Papá, ¿te acordaste de decirle a Santa sobre mi set de química?
—Aquí viene el chantaje, tal vez se convierta en política y me ahorre dinero de fianzas porque seguro como el infierno que va a ser un peligro para la sociedad.
—Sí, le dije al gordo, sí, él sabe.
—Saltó de vuelta adentro y regresé con los muchachos.
—Ellas saben.
—¿Qué quieres decir con que saben?
¿Quién les dijo?
No pueden saber.
Hemos sido muy cuidadosos con eso.
Davey, ¿se te escapó algo con tu hermana?
—Logan se volvió hacia el chico que siempre estaba en sus sombras.
Él negó con la cabeza con el ceño fruncido.
—¿Cómo puedo decirle algo cuando ustedes me mantienen prácticamente fuera del circuito?
—Me daría lástima, si no lo hubiera atrapado mirando a mi Caitie antes cuando llegaron.
Ella ni siquiera parpadeó en su dirección gracias a Dios, odiaría tener que lastimar al chico.
Aunque su reacción planteaba otro problema.
Estaba tan metida con Todd el idiota, que ni siquiera veía a otros chicos cuando estaban parados frente a ella dando señales.
Eso es para otro momento, ahora tengo que averiguar qué traman mi esposa y sus nuevas amigas.
—¿Cuánto crees que saben, y cómo lo sabe tu hija?
—Mi hija superaría a cualquier espía ruso, es mujer, es joven y adorable así que la mayoría de la gente no le presta mucha atención, esa es parte de su munición.
La otra parte es escuchar detrás de las puertas y esas cosas, por eso dije que no habláramos de negocios, nunca sabes cuándo está por ahí con sus cosas.
Los SEALs miraron hacia la puerta donde ella había desaparecido como si estuvieran pensando en reclutarla.
Locos de mierda.
—Maldición, me pregunto si el bebé Zak va a hacer cosas así.
—Con los genes de su madre probablemente será peor, Ty.
Lyon, ¿qué dijo tu hija, cuánto saben?
—Zak me hizo la pregunta de nuevo.
—Bueno, saben sobre el tráfico, y tienen el nombre de Mancini —No estaba seguro de cómo me sentía sobre que Kat supiera de esta mierda, al menos el nombre de Caitie no había salido; si hubiera sido así, Catalina me lo habría dicho.
Aun así sabían más que suficiente para causarme problemas, porque las mujeres siempre quieren estar en el medio, conozco a la mía.
Si tiene refuerzos, mujeres alimentándola con mierda que quiero mantener en secreto, quién sabe.
—Esto no tiene sentido, ¿cómo pueden saber?
—Están comparando notas —Cord tenía sus ojos clavados en la más joven del grupo—.
¿Qué notas, cómo pueden saber algo?
Dana Sue pasó el último mes o así vomitando sus entrañas cada hora, ¿cuándo tuvo tiempo de meterse en mi mierda?
Kyle, es tu maldita esposa, ella es la única que husmearía en esta mierda.
—Esperen, no olviden a Ginger, ella hace esa mierda de husmear por trabajo, y Brand, tu mujer podría haber escuchado algo mientras estaba allá arriba con su gente, o su madre podría haberle dicho.
—Ahora éramos nosotros los que tratábamos de descifrar esta mierda.
—No importa, el gato está fuera de la bolsa, ahora hacemos control de daños.
¿Quién va a entrar ahí y meterles miedo?
No sé las suyas, pero la mía no escucha una mierda y si piensa que puede ayudarme con esto, lo intentará.
Eso no va a pasar.
—Maldita Kat no podía darme un día de paz.
—Bueno Lyon, ya que es tu casa digo que te toca hacer los honores —Connor sonrió pero podía decir que tampoco estaba muy contento con este giro de los acontecimientos.
Por lo que entendí, todas las mujeres ahí dentro excepto la mía y la más joven estaban embarazadas.
Si estos muchachos eran algo como yo, y empezaba a sospechar que lo eran al menos en lo que respecta a sus mujeres, eso no iba a ser bueno.
Un hombre haría cualquier cosa para proteger a su mujer y su hijo por nacer.
—¿Les tienes miedo?
—No tienes idea —me dio una palmada en el hombro mientras nos dirigíamos hacia la casa.
Mis muchachos, los que van conmigo en ciertos trabajos, habían sido puestos al día.
Mañana Mallory estaría aquí si su hijo estaba mejor y lo pondré al tanto de lo que no supiera ya.
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