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  3. Capítulo 143 - 143 Capítulo 145 LYON
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143: Capítulo 145: LYON 143: Capítulo 145: LYON El Día de Acción de Gracias transcurrió sin problemas y ahora estábamos en la recta final para la Navidad.

Kat todavía no actuaba bien, pero lo atribuí a toda esta mierda de las fiestas.

Tenía los ojos y oídos bien abiertos mientras hacía todo lo posible por protegerla a ella y a los niños de todo lo que estaba sucediendo.

Los niños estaban de vuelta en la escuela por las próximas semanas y eso me estaba dando algunos problemas, pero encontré una manera de resolverlo.

Los días están mejorando desde que perdí esa sensación de fatalidad inminente.

Por un momento estaba viendo peligro en cada esquina, volví locos a Kat y a los niños con mi mierda sobreprotectora pero lo superarán.

—Kat, ¿dónde están tus hijos?

—La puta casa estaba demasiado silenciosa, eso solo podía significar que los pequeños cabrones estaban haciendo alguna mierda que no debían.

—Están en la casa Colt, ¿dónde esperas que estén?

Desde que nos pusiste a todos bajo vigilancia las veinticuatro horas, apenas salen al patio trasero.

Me pregunto cuál es su problema.

La observé caminar alrededor guardando la ropa del bebé y murmurando para sí misma.

Eso es lo que hace cuando se está preparando para preguntarme alguna mierda que sabe que voy a rechazar.

Caminé hacia ella y la rodeé con mis brazos por detrás.

—¿Qué tienes en mente, pequeña?

—Se sentía tan bien, después de todos estos años tenerla en mis brazos todavía hace que mi corazón haga locuras.

Malditas mujeres, te agarran por las pelotas y se aferran.

Uno pensaría que esa mierda disminuiría en algún momento, pero cada día todavía me despierto y doy gracias de que sea mía.

Todavía la miro y recuerdo el primer día que la vi, la verdadera ella, y todavía me afecta cada vez.

—No tengo nada en mente, Colt.

Mentirosa.

—Te amo, nena.

—Mi niña todavía se derrite cuando su hombre le dice las palabras, curiosamente cuando trato de demostrárselo comprándole cosas actúa como una loca, pero eso no me detiene.

Tiene más diamantes que el Smithsonian.

Se dio la vuelta en mis brazos con sus ojos suaves.

Le aparté el cabello de la cara y le besé la frente, estábamos teniendo un momento.

Uno de los pocos que podemos robar estos días con su horda siempre en mi mierda.

—Yo también te amo, Colton, gracias.

—¿Por qué, nena?

—Por hacer mi vida tan feliz.

—Maldita sea Kat, te dije que no lloraras.

—No hizo su habitual sonrisa y sorber contra mi camisa y me preocupé, especialmente cuando lloró aún más fuerte—.

Nena, ¿qué carajo?

Dime qué te está lastimando.

—Me apretó alrededor de la cintura y se aferró, enviando mi presión unos cuantos niveles más arriba.

—Nada me está lastimando, loco.

—Esta vez se limpió la nariz en mi camisa y mantuvo su cabeza enterrada en mi pecho.

—Sé que algo te está molestando, y si cuando te decidas a decírmelo no me gusta, te vas a joder.

—¿Por qué fuiste al lugar de Law?

¿Y por qué después de que regresaste tenías el lugar rodeado como si estuviéramos bajo ataque?

—¿Otra vez con eso?

—desenredé los brazos de la astuta de alrededor mío y me alejé.

Sé que no es eso, porque sé que mi mujer sabe que la tengo cubierta y nada pasará a través de mí para llegar a ella.

Está tratando de desviarme así que era mejor salir antes de que me moleste hasta hacerme decir mierda que no necesitaba saber.

Había jugado con la idea de decirle, pero entre el lugar de Law y casa había cambiado de opinión.

En todos nuestros años juntos nunca la he cargado con nada y no iba a empezar ahora.

Esa mierda de apreciar y amar llega lejos, no creo que preocuparla hasta la muerte por nuestro mayor estaría cumpliendo mi parte del trato.

Además, cuando me cargue a estos cabrones probablemente ataría cabos, y era un hecho que no les quedaba mucho tiempo en este mundo.

Es gracioso, pero durante años la gente pensó que yo era algo que no era.

Se necesitó tenerla a ella y a nuestros hijos para sacar ese lado de mí.

No quiero ir por ahí matando cabrones, pero si están tratando de hacernos daño a mí y a los míos, todas las apuestas están canceladas.

Me importa una mierda.

Estaba a medio camino de la puerta antes de que me llamara de vuelta.

—Vuelve aquí Colton Lyon.

—¿El bebé está dormido?

—Sí, ¿por qué?

—la tacleé y ella chilló.

—Shh.

—cubrí su boca con mi mano mientras la llevaba a la cama y la seguí—.

Me gustan estas falditas que has estado usando por la casa, sexy —gruñí en su cuello mientras levantaba su falda sobre su trasero.

—Esto va a ser rápido.

—aparté a un lado la ropa interior diminuta que usa para volverme loco, saqué mi verga de mis jeans y me deslicé dentro—.

No te muevas, nena.

—alcancé su clítoris con una mano y su teta con la otra, manipulando su carne hasta que sentí ese calor líquido cubrir mi verga de la punta a la base.

Entonces y solo entonces, cuando supe que su cuerpo estaba listo para recibirme, comencé a follar.

—Voy a entrar profundo nena, no grites.

—levanté su pierna sobre el cabecero, abriéndola para mi verga y la follé en un ángulo golpeando su punto.

—Ahhhh, Colton.

—Muerde la almohada nena, maldita sea.

—miré por encima de mi hombro para asegurarme de que la puerta estuviera cerrada con llave.

Una vez que estuve seguro de que no seríamos invadidos, me puse a trabajar en ella.

Mantuve su cabeza presionada contra la cama mientras crujía y golpeaba contra la pared.

No importa cuántas veces entre en ella, no importa lo que mi día haya contenido, no hay sensación como estar dentro de lo que es mío.

—¿Qué estás tramando?

—susurré en su oído mientras mantenía mi verga quieta, dejándola palpitar dentro de ella.

—No es justo, para Colton.

—apretó mi verga y rotó su trasero de adelante hacia atrás en mi verga y olvidé qué carajo estaba diciendo.

—Chica mala, mueve ese trasero así otra vez.

—ella se rió con su risa especial que guarda solo para nuestra cama y sentí que mi corazón se aliviaba un poco más.

Cualquier cosa que le estuviera molestando no podía ser tan mala.

Me solté en su coño y ella arrancó las sábanas de la cama.

Cuando echó su cabeza hacia atrás y su boca se abrió en un grito silencioso, presioné su clítoris y me dejé ir.

—Oh sí nena, justo ahí.

—eso se sintió como uno de esos polvos para procrear pero no seré yo quien le diga esa mierda ya que ya la había pillado con Cody.

Tiende a ponerse quisquillosa cuando le cuelo uno.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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