207: Capítulo 207: Razón 207: Capítulo 207: Razón Editor: Adrastea Works Dorian se desplazó a través de la posada en un instante.
La entrada estaba hecha pedazos, así como gran parte del vestíbulo.
Fragmentos de vidrio, sillas y mesas destrozadas, tablas rotas, el lugar era un desastre.
Los clientes de la posada habían huido hace tiempo, dejando la entrada abandonada.
Ruido sordo Crujido Los tablones de madera se agrietaron bajo sus pies mientras corría rápidamente escaleras arriba.
Corrió hacia el segundo piso y luego por un pequeño pasillo hasta encontrar la habitación exacta donde había dejado a Helena.
Sin dudarlo, abrió la puerta, una mezcla de felicidad y preocupación llenaban su corazón.
—¡¿Helena?!
¡¿Estás bi…?!
¡¿Quién demonios eres?!
—se interrumpió abruptamente, mirando.
Su cuerpo ya estaba al límite, todos sus sentidos inundados.
Una sombra que vestía un conjunto de túnicas decoradas de color púrpura se volteó para mirar a Dorian.
El hombre sombra era apuesto y musculoso.
Tenía varios cuchillos arrojadizos atados al frente de su túnica.
Cuando su mirada chocó con la de Dorian, este último sintió como si un gran peso se hubiera estrellado contra él.
Su mente fue lanzada hacia atrás tambaleándose, casi aturdida por la mirada.
Su corazón latía profundamente en su pecho mientras quedaba sin aliento.
Esta persona era fuerte.
Abrumadoramente fuerte.
El ser más fuerte que había conocido.
—¡Ausra!
Sus ojos brillaron mientras ordenaba a la genio de su matriz de hechizos del alma, transmitiéndole su voluntad.
De inmediato recibió una notificación.
– Especie – Sombra Clase: ???
Nivel máximo de energía: ???
– «¡¿No puede escanearlo?!» Esta era la primera vez en que Dorian se había topado con una situación como esta.
Incluso el excélsior de clase pseudo-Angelus, Gamin, había sido visto por Ausra.
Pero esta sombra aquí…
era inconcebible.
«¡¿Cuán poderoso es él?!» Su corazón estaba lleno de horror.
Hizo a un lado esa sensación, al observar el resto de la habitación.
Helena estaba acostada en una cama decorada, descansando silenciosamente.
La habitación estaba casi igual a como había sido antes.
Algunas pinturas habían caído de las paredes y la ventana estaba rota, probablemente como resultado de la batalla explosiva que tuvo lugar afuera.
No obstante, lo que hizo que todo su cuerpo y alma se congelaran, mientras miraba a su alrededor, fue lo que sintió cuando miró a Helena.
Oscuros moretones cubrían su cuello, como si la hubieran agarrado bruscamente por la garganta.
Su ropa estaba alborotada y dañada, como resultado de algún tipo de lucha.
Su cuerpo yacía quieto.
Su pecho no subía ni bajaba con la respiración.
Su corazón no latía constantemente.
No parecía latir en absoluto.
—Tú…
¿Qué le hiciste…?
—Dorian parpadeó lentamente.
El aire a su alrededor comenzó a estremecerse, sus ojos pegados al cuerpo de Helena.
La realidad en sí parecía torcerse ligeramente mientras hablaba, un aura mortal se alzaba sobre él.
—Ella no está muerta, niño.
No hay necesidad de entrar en una especie de furia asesina desquiciada.
Solo está descansando —la sombra suspiró mientras hablaba, su voz era profunda y autoritaria, previniendo las acciones de Dorian.
—Eh —Dorian parpadeó y tartamudeó, la peligrosa aura se desvaneció ligeramente ante la respuesta.
Esa no era la respuesta que había esperado.
Después de un segundo, se precipitó hacia adelante, corriendo hacia su cuerpo e ignorando a la ominosa sombra.
Por alguna razón, tenía la sensación de que la sombra no pretendía hacerle daño.
«¡Ausra!
¿Qué le pasa?» En voz alta, la sombra prosiguió hablando.
—Su alma ha sido gravemente herida.
Ella recurrió fuertemente a las leyes para atacarme, hiriéndose aún más.
La envié a un coma inducido mágicamente para restaurar este daño.
No quise dañarla.
—Escaneando…
Su cuerpo entró en coma después de sufrir graves heridas en el alma.
Sin embargo, se ha aplicado un aditivo curativo adicional y está en una condición estable.
Debería recuperar la consciencia en unos días.
Su cuerpo también sufrió daños físicos moderados por un impacto abrupto —la voz de Ausra confirmó las palabras del hombre.
—¿Por qué?
¿Quién eres?
¡¿Qué quieres?!
—Dorian apretó los puños al levantar la vista, sus manos temblaban.
Le tomó cada centímetro de su fuerza de voluntad no saltar por encima de la cama y estrangular al hombre por atreverse a lastimarla.
«¡Helena, lo siento mucho!
¡Pensé que sería capaz de regresar antes de que algo peligroso ocurriera!» Se reprendió mentalmente por dejarla aquí.
No era como si hubiera tenido otras opciones, pero sentía que podría haber pensado algo.
—Un vampiro reaver muerto, el cual es amado por el Gran Señor Marcus Aurelius, es mucho menos útil que uno vivo —la sombra volvió a suspirar, frotándose la frente.
Emitía un aura de agotamiento malhumorado.
La sombra respiró hondo.
Antes de que Dorian pudiera responder, un aura de majestad pura derramó de la sombra.
Un aura que era atemorizante y que desafiaba al cielo explotó.
Una que representaba poder y fuerza absolutos, la que era cegadoramente poderosa, impactando a Dorian en su alma.
—Usted es el señor Iñigo, ¿verdad?
—la voz de la sombra adquirió una sensación de grandeza, como un rey menospreciando a uno de sus sirvientes.
A pesar de eso, y de la impactante aura, Dorian se sintió extrañamente no afectado.
Su único pensamiento era sobre el peligro en el que estaba Helena y su ira hacia esta sombra en particular por lastimarla.
Nada más parecía importar.
—Sí.
¿Quién eres?
—replicó Dorian, el aire a su alrededor se retorcía mientras desataba su obstinada aura.
Una llena de rectitud, poder valeroso, de poder casto, de espíritu caritativo y una mente misericordiosa.
Hizo uso de cada una de las leyes virtuosas que tenía.
Los ojos de la sombra se abrieron ligeramente al sentir esto.
Después de un momento tenso, respondió, —Soy Hasith Shanty —sus palabras resonaron como explosiones ondulantes en los oídos de Dorian.
—El líder de la Comunidad Sombra.
Tu rey —el rey sombra sonrió muy levemente, con una sonrisa que no llegó a sus ojos.
«Maldición».
Dorian parpadeó, su corazón palpitaba cuando se dio cuenta de la magnitud de la situación.
Era el peor escenario posible.
Se estaba enfrentando a una sombra de clase Angelus.
—Iñigo… —el rey sombra negó con la cabeza lentamente.
—¿Por qué elegirías a una vampira, a pesar de saber que estamos en guerra con ellos?
Debes estar al tanto de quién es ella.
Es uno de nuestros peores enemigos —el rey sombra parecía querer razonar con Dorian.
Cuando escuchó esto, Dorian sintió que una chispa de esperanza lo llenaba.
Si este fuera el caso, entonces librar a Helena y a él de este escenario era una posibilidad.
—Tu guerra no es justa —Dorian habló desde su corazón, de pie bajo la presión que emitía el Rey sombra sin temblar.
—Solo porque la consideres un enemigo no signi… Antes de que pudiera terminar de hablar, fue interrumpido.
—No entiendes —el rey sombra volvió a negar con la cabeza al interrumpir con el ceño fruncido.
El aura que emitía se sintió aún más poderosa, llena de un indicio de ira que se estrelló contra los hombros de Dorian, tratando de aplastarlo donde estaba de pie.
—Sé más que suficiente.
Tu camino no es en defensa propia, matas a otros para ganar territorio.
Tus acciones están mal —Dorian se mantuvo firme, capeando el aura sin un indicio visible de tensión.
—Tú críticas desde una posición de ignorancia, niño —Hasith respondió lentamente.
—Un rey sabio no llevaría a su pueblo a la muerte —respondió Dorian, moviéndose en frente a Helena para protegerla de la fluctuante aura que el rey sombra emitía.
—Sí, eso es cierto, chiquillo.
Y es por eso por lo que debemos ir a la guerra —el rey Sombra volvió a suspirar, frotándose los ojos.
—¿Eh?
—Dorian tartamudeó de vuelta ligeramente, sin comprender.
—No entiendes —el rey sombra declaró lo obvio.
—Entonces hazme entender.
Los nuestros no necesitan librar una guerra.
Podemos encontrar la paz.
¡No me dejes con preguntas solamente!
—la voz de Dorian estaba llena de pasión.
—La paz es imposi…—comenzó el rey sombra, pero fue interrumpido por Dorian esta vez.
En lugar de estar molesto, pareció aceptarlo, permitiendo que Dorian hablara como si estuviera siguiéndole la corriente a un niño.
—¡Solo es imposible porque aún no lo has intentado!
—respondió Dorian, apretando y soltando los puños.
—Ya lo hemos intentado.
No es factible —Hasith se alejó unos pasos de la ventana, cruzando los brazos lentamente.
Era evidente que tenía la intención de razonar con Dorian, probablemente debido al estatus y potencial de Dorian, algo de lo que Dorian tomó máxima ventaja.
—¡Entonces déjame intentarlo!
Solo porque no hayas logrado tener éxito no significa que yo no —exhortó, al mirar fijamente al rey sombra a los ojos.
El peso de la mirada del rey sombra era increíblemente pesado, el cual hizo temblar el alma de Dorian.
No obstante, se mantuvo firme debajo de esta, su cuerpo rebosaba de propósito.
—¿Tú?
—la sombra respondió lentamente, saboreando la palabra como si nunca lo hubiera considerado.
—¿No soy digno?
Soy un genio sombra, capaz de matar a guerreros de clase Rex a pesar de estar en la clase Dominus.
Una sombra que es amada por el destino.
Una sombra que acaba de regresar de limpiar Moria, un mundo de muerte que fue revivido —Dorian comenzó a explicarse, golpeando su pecho.
Quería decir todo lo que dijo.
Las guerras entre los vampiros y las sombras habían sido horribles, las cuales habían matado a cientos de miles, si es que no millones, a lo largo de los años.
Si pudiera detener eso, no solo salvaría a la familia de Helena de una cantidad enorme de dolor, sino que también la protegería de los peligros que enfrentaría al luchar contra las sombras.
—¿Quién más sino yo?
Por una fracción de segundo, la mirada en la cara del rey sombra vaciló.
Sin embargo, justo después, tomó una decisión, sus ojos brillaban mientras miraba a Dorian.
—Eres demasiado débil.
No tienes la fuerza para causar un impacto en esta guerra.
—¡No lo soy!
No todo depende de… ¡guau!
ZUMBIDO De repente, Dorian se encontró fuera de los muros de la ciudad, a unos cientos de metros de distancia.
Él, el rey sombra y Helena habían sido transportados.
La cama de Helena también se había teletransportado, alejándolos de la posada.
Actualmente estaba acostada en ella, a un lado, a varias docenas de metros de distancia de él.
—¿Qué?
—parpadeó.
—Confiné el espacio de esa habitación cuando llegaste.
Nos trasladé ahora que he visto el nivel de tu obstinación —una ira genuina llenaba la voz del rey sombra mientras hablaba.
—Te valoro enormemente y al potencial que tienes.
Pero tienes que despertar de este sueño infantil tuyo.
Hay algunas cosas que simplemente no puedes cambiar, y el Destino de la raza sombra es inmutable, a pesar de lo que hayas hecho en cualquier planeta o qué hazañas has logrado —su voz sacudió el aire, tronando poderosamente.
El aire tembló, un halo brillante apareció en la cabeza de la sombra.
—Eso…
no es…
un sueño…
—la respuesta de Dorian fue impedida cuando toda la fuerza del aura de clase Angelus de Hasith Shanty se estrelló contra él.
La presión que sentía era absurda.
Su alma entera parecía estar encerrada, sellada en el espacio por un peso gigantesco, como si una montaña lo estuviera aplastando.
Era incapaz de mover su cuerpo, ni siquiera un dedo.
«Maldición…
¡ignóralo!
¡IGNÓRALO!» Se gritó mentalmente a sí mismo, al recurrir a las diversas Leyes que controlaba para mejorar su alma.
Poco a poco, la carga que sentía se redujo, permitiéndole moverse y liberarse.
Cuando el rey sombra vio esto, sus ojos se abrieron ampliamente de nuevo, esta vez en estado de shock genuino.
Ya no se estaba conteniendo más.
Su aura completa se había desatado.
Cualquier otra persona que no fuera al menos un poderoso experto de clase Rex debería haber caído inconsciente en el acto.
Un ser de clase Dominus como el “señor Iñigo” debería haberse caído hace mucho tiempo.
Cuando llegó a un acuerdo con esto, un ceño rígido apareció en su rostro.
«Su poder aún es demasiado débil para tener un impacto en esta guerra.
El resistir mi aura es una hazaña que es digna de respeto, pero…», negó con la cabeza lentamente.
—Muy bien, chico.
Te daré una oportunidad —extendió la mano, sujetando una de las dagas que el rey sombra había adjuntado a su túnica.
Mientras la sostenía, la daga se transformó en un orbe azul brillante.
En el momento en que Dorian lo vio, sintió que todo su cuerpo se estremecía, una increíble sensación de peligro lo barrió.
El espacio mismo parecía doblarse ligeramente, dirigido hacia el orbe.
Era pesado, excesivamente pesado e increíblemente concentrado.
Si bien tenía menos de medio metro de ancho, en términos de peso, probablemente pesaba más que varias montañas.
—Este es un orbe de fuerza.
Solo fui capaz de hacer esto después de alcanzar la clase Angelus, la culminación de todos mis estudios, mi esfuerzo y mi fuerza —la voz del Rey sombra era fría.
Mientras hablaba, dio unos pasos adelante, asegurándose de que Helena estuviera completamente fuera del camino.
—Bloquea este ataque y consideraré tu solicitud —Hasith giró su muñeca, sin esperar una respuesta de Dorian—.
Demuéstrame que tienes el poder de cambiar el futuro de la raza sombra.
La mente de Dorian se puso a toda máquina al escuchar aquellas palabras, con los ojos clavados en el brillante orbe.
Su corazón latía con fuerza, los pensamientos de proteger a Helena llenaban su corazón con absoluta fe y coraje.
ZUMBIDO El brillante orbe azul se disparó por el aire, dirigido directamente hacia el pecho de Dorian.
Se movía con increíble velocidad y precisión, atravesando la distancia en una fracción de segundo.
Cuando Dorian vio esto, recurrió a todas las leyes que poseía.
Con una conflagración de energía tan masiva, no le preocupaba que sus leyes demoníacas fueran reconocidas de forma exitosa, incluso por un experto de clase Angelus.
Incluso si usara la ley del Pecado Original, sería demasiado difícil de distinguir.
«¡Cuerpo perfecto, actívate!
¡Cuerpo blindado místico!» Activó sus habilidades más fuertes, sus numerosas habilidades pasivas ya estaban funcionando.
Puso hasta el último segmento de energía que tenía en esta defensa, torciendo el Destino con todas sus fuerzas mientras recurría fuertemente a su alma, haciendo que la realidad misma se deformara.
No se contuvo nada.
Todo lo que tenía lo arrojó hacia adelante, su mente estaba enfocada en una sola cosa.
En detener el ataque del rey sombra.
—…
«¡ORDENO QUE TE DETENGAS!»
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