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- Capítulo 260 - Capítulo 260 UNA JOYA
Capítulo 260: UNA JOYA Capítulo 260: UNA JOYA —¿Y ahora? —Zaya empujó a Rowan, evitando que la besara porque había algunas cosas de las que tenían que hablar—. ¿Tu gente no te quiere? ¿No te preocupa que te den la espalda?
Zaya no sabía cómo funcionaban las cosas aquí, ni cuán leales eran los seguidores de Rowan hacia él.
Vaya. Tenía mucho que aprender.
Rowan se sorprendió al ver lo bien que Zaya manejaba la situación. Era muy inteligente y traviesa. Sabía qué hacer y estaba familiarizada con las intrigas en la corte.
Al principio, no pensó que Zaya entendería lo que él pretendía hacer, pero una sola pista fue suficiente para que ella lo descifrara.
—Deja de mirarme —dijo Zaya, frunciendo el ceño—. Todavía estoy sentada en su regazo, mientras él me acuna en sus brazos, besándome ocasionalmente—. Y deja de besarme también. —Zaya apartó su cara, no entendía por qué este hombre era tan cariñoso con ella.
—Encontré una joya —dijo Rowan.
—¿Te refieres a mí? —Zaya levantó las cejas, sus labios se curvaron en una hermosa sonrisa burlona—. Lo sé. Soy fabulosa.
Rowan se rió, le gustaba su confianza, no se reprimía y lo admitía abiertamente. Estaba orgullosa de sí misma y conocía su valor.
Él pensaba que estaba hechizado por su coraje y audacia durante la batalla, pero ahora se encontraba profundamente interesado en esta mujer pelirroja en su regazo. Era feroz y luchadora, pero al mismo tiempo, se comportaba con elegancia, justo como la princesa que era.
Rowan no necesitaba una mujer dócil que hiciera cualquier cosa para complacerlo. Tenía muchas personas que lo obedecían y estaban ansiosas por complacerlo. Todo lo que necesitaba era alguien que estuviera a su lado. Alguien que pudiera ser su igual.
However, this was too soon to say that Zaya estaba lista para el verdadero desafío, ya que los tres generales solo eran el principio. Habría más gente que se opondría a ella y Rowan se lo dijo.
—Soy consciente de eso —dijo Zaya—. No pareció sorprenderse—. Cada reino tiene su propio problema político. No estoy segura de cuán malo pueda ser. Necesitaré tus consejos en el futuro, pero mientras me respaldes, estaré bien.
Esta no era la primera vez que Zaya lidiaba con este tipo de cosas. Aunque sería ligeramente diferente en el Santo Reino y en el Reino de Ogregon, la gente codiciosa que anhelaba poder y riqueza estaba en todas partes.
—¿Qué? ¿Crees que no estoy familiarizada con esto? —Zaya se rió—. ¿Qué piensas? ¿Que esperaba sol y arcoíris aquí? Sé que habrá problemas por ser una extranjera. Nunca han visto magia ni han conocido a un usuario de magia. O me aceptarán y se asombrarán por mi habilidad, o me temerán. Por como van las cosas, desafortunadamente, es lo segundo y…
Zaya no logró terminar sus palabras porque Rowan la besó de nuevo, esta vez un poco más agresivo, lo que la sobresaltó. Se sonrojó cuando sintió algo duro tocando su trasero. Este hombre estaba excitado.
Zaya le dio palmaditas en la parte trasera de la cabeza, pidiéndole en silencio que se calmara, ya que su boca estaba ocupada por la de él.
—¿Quieres asfixiarme? —Zaya protestó cuando él finalmente la soltó y le permitió recuperar el aliento.
—No. Quiero inclinarte sobre esta mesa y poseerte.
Los ojos de Zaya se agrandaron al escuchar eso. Rowan solía coquetear con ella, pero nunca le había dicho algo tan vulgar de manera tan descarada.
—No te preocupes, no lo haré. Todavía no. —Él susurró contra su oído, lo que le envió escalofríos por la espalda. Zaya podía sentir lo duro que estaba y no estaba segura de qué hacer en esa situación. —Mereces más que una maldita mesa.
—No sabía que decías palabrotas.
—Digo muchas, princesa. —Rowan rió al ver su expresión. —El rey no puede decir palabrotas, pero yo sí. No soy un rey cuando estoy contigo. —Él besó su cuello y lamió su tierna piel.
Zaya se ruborizó, empujó su cara lejos de ella. —¿Es por el aire de este continente? ¿Por qué pareces tan diferente ahora?
—Este es mi hogar y este es el verdadero yo.
Tenía razón, Zaya podía ver lo relajado que estaba. —Me pregunto, cuán mal puede ser tu personalidad ahora que muestras tu verdadero color.
—No te preocupes, me comportaré.
Zaya frunció los labios y movió las piernas. —Tengo hambre. No había nadie cuando me desperté, así que no pude pedir algo para comer. Estoy segura que ya pasó la hora del desayuno.
—Pensé que te despertarías un poco más tarde, ya que dormiste muy tranquila anoche. —Rowan se levantó y colocó a Zaya en el suelo. —He organizado a gente para ti. Deberían estar aquí ya.
Rowan tenía razón, cuando Zaya regresó a su habitación, encontró a tres personas esperándola.
Mientras tanto, Rowan tenía algo urgente que resolver, pero prometió que la llevaría a pasear una vez que hubiera manejado todos sus problemas.
Zaya no sabía qué iba a hacer Rowan con los tres generales porque no regresó hasta muy tarde en la noche y para entonces, ella ya se había dormido.
Rowan vino a su dormitorio y la observó dormir un rato antes de regresar a su propio dormitorio.
Había diez habitaciones más similares a la que ocupaba Zaya, ya que estas habitaciones solían ser usadas para las amantes del rey.
Sin embargo, Rowan no necesitaría eso. No tenía ninguna intención de tomar una amante, incluso sin la amenaza de Zander. Él había visto de primera mano lo caótica que era la corte cuando las mujeres se involucraban cada vez que su padre tomaba una decisión. Esas mujeres le susurraban al oído.
***
Esta historia terminará a fin de mes, lee mi nueva historia: Un Compañero Para El Último Licano.
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