- Inicio
- MMORPG: Renacimiento como Alquimista
- Capítulo 897 - 897 La Brillantez de la Victoria
897: La Brillantez de la Victoria 897: La Brillantez de la Victoria En medio de la oscuridad que avanzaba, Lorelai se mantuvo firme, su figura iluminada por un aura radiante de luz pura.
Mientras la magia oscura de Nyxos avanzaba, ella levantó las manos, canalizando el poder de la luz con una intensidad que parecía rivalizar con el sol mismo.
Haces de brillantez estallaron desde sus dedos, tejiendo y danzando por el aire en extraños patrones y símbolos.
El choque de magia era impresionante de contemplar.
La oscuridad se encontraba con la luz en un deslumbrante despliegue de poder y voluntad.
Las sombras de Nyxos avanzaron, intentando engullir todo a su paso, mientras que la luz de Lorelai avanzaba en respuesta, empujando contra la oscuridad que se acercaba.
Luego, en un momento de pura brillantez, la magia de luz de Lorelai se intensificó, estallando en un destello cegador que envolvió la habitación entera.
Por un momento, todo fue consumido por una luz blanca y cegadora, tan intensa que parecía quemar el mismísimo tejido de la realidad.
Cuando la luz finalmente se desvaneció, una calma serena descendió sobre la escena.
Las sombras que habían amenazado con engullir a todos habían desaparecido, dispersadas por el despliegue abrumador de magia de luz de Lorelai.
Nyxos se quedó atónito, sus poderes oscuros apaciguados por la fuerza aplastante de su contraataque.
En ese momento, quedó claro que aunque Nyxos podía haber ejercido un dominio formidable sobre las sombras, la magia de luz de Lorelai era una fuerza imparable.
—¿Qué vas a hacer ahora?
—dijo Lorelai sonriendo encantadoramente—.
Si no encuentras una manera de derrotarme…
—Su expresión se volvió entonces amenazadora—.
Morirás.
La fachada calmada de Nyxos se hizo añicos, dando paso a un torbellino de ira.
—Insolente cachorro.
¡Solo eres un medio ángel cobarde que fue desterrado y olvidado en el reino inmortal!
Eres un ser repugnante, un error y un pecado en el Reino Celestial.
¡Solo porque has adquirido otro pecado al dominar el poder de los demonios no significa que estés por encima de mí!
No eres más que un vil medio ser que nunca sería bienvenido en el cielo!
Nyxos se detuvo abruptamente, sintiendo de repente el paso veloz de una espada a través de él.
En un parpadeo, la sangre brotó de la gran herida desde su estómago hasta su pecho.
—¡Gargh!
—un bocado de sangre salpicó de la boca de Nyxos mientras miraba fijamente a Lorelai—.
T-tú.
Pequeño…
—Detesto que alguien me insulte —dijo Lorelai, ajustando su agarre en Demon Bane antes de adoptar una posición de combate—.
Menos palabras y más acción o morirás, viejo.
—¿V-viejo?
—preguntó Nyxos mirando a Lorelai con ojos llenos de odio—.
¡Solo tengo quinientos años!
—gritó y desató un torrente de hechizos.
La risa de Lorelai resonó a través de la cámara, un sonido melódico y burlón que parecía danzar en medio del caos.
—¡Eso es viejo!
—exclamó, su voz llena de una mezcla de diversión y burla.
Con esas palabras, la batalla se puso en movimiento.
Nyxos, su ira alimentada tanto por el orgullo como por la desesperación, lanzó un asalto implacable contra Lorelai.
Los hechizos crujiían por el aire como relámpagos, las sombras girando y contorsionándose en un intento de atraparla.
Aun así, a pesar de su formidable poder, Nyxos se encontró incapaz de asestar un solo golpe.
Lorelai se movía con tanta rapidez, sus movimientos fluidos y precisos.
La luz irradiaba de su forma, creando una barrera protectora que desviaba los ataques de Nyxos con facilidad.
Era como si se hubiera convertido en un escudo, su mera presencia inspirando tanto asombro como miedo a partes iguales.
—Nyxos, al darse cuenta de que su magia era ineficaz contra Lorelai, recurrió a medidas más desesperadas.
Convocó las profundidades más oscuras de su poder, invocando sombras de una oscuridad y malicia sin igual.
—Sin embargo, incluso esto resultó fútil contra la luz radiante de Lorelai.
—Los dos chocaron con fuerza titánica, el mismísimo tejido de la realidad temblando bajo su poder combinado.
—Chispas volaban mientras los hechizos colisionaban, lanzando deslumbrantes despliegues de luz y sombra a través del campo de batalla.
Era un espectáculo sin igual, una batalla entre dioses librada con sus vidas en juego.
—A un lado, Ren y los demás observaban asombrados mientras el duelo se desarrollaba ante ellos.
—Nunca habían visto a Lorelai en un estado tan formidable, sus poderes superando cualquier cosa que hubieran imaginado.
—Era a la vez aterrador e impresionante ser testigo de su dominio abrumador sobre un ser tan poderoso como Nyxos.
—La fusión de los poderes angélicos y demoníacos de Lorelai la había transformado en un ser verdaderamente extraordinario.
—Ren encontró consuelo en el hecho de que, a pesar de esta poderosa amalgama de esencia celeste e infernal, Lorelai seguía guiada por un profundo sentido de la justicia.
—Si ella llegara a ejercer su inmenso poder para fines nefastos, el mundo sin duda se sumiría en el caos.
—Menos mal que su inquebrantable compromiso con la rectitud servía como un faro de esperanza, asegurando que sus formidables habilidades se utilizaran para el bien general, en lugar de para fines egoístas o destructivos.
—Mientras la batalla continuaba, Ren pensaba en cómo todo había llevado a esta escena.
Nunca había esperado que las cosas escalasen a este punto, nunca había anticipado que Pamela fuera la clave de todo.
—Mientras observaba cómo Lorelai dominaba sin esfuerzo a Nyxos, Ren no podía negar la innegable verdad que tenía delante.
—De algún modo, contra todo pronóstico, todo había caído en su lugar.
Las piezas del rompecabezas se habían alineado perfectamente, conduciendo a este momento de triunfo.
—Y aunque Ren no estaba seguro de si esta era la dirección que la trama debía tomar, no podía negar la abrumadora sensación de alivio que lo invadía.
—Bien podría ser la maquinación del sistema, orquestando el encuentro para que se desarrollase exactamente como sucedió.
—Solo los desarrolladores comprenden verdaderamente las complejidades del juego.
—Al final, no importaba si esto era cómo se suponía que debían acabar las cosas.
—Lo único que importaba era que habían salido victoriosos, que habían superado esta incertidumbre.
—A pesar de la incertidumbre que rodeaba esta escena, Ren encontró consuelo en el hecho de que todo, en definitiva, había caído en su lugar, y habían recuperado a Lorelai.
—Todo terminó bien.
—El Reino Celestial finalmente se abriría y Ren estaba emocionado por que Conquistador del Mundo alcanzara finalmente el pináculo del éxito.
—Si su gremio pudiera dominar el juego, sería como ejercer dominio sobre el mundo mismo, haciéndolos intocables incluso para las principales corporaciones y gremios como León Negro, Dragón Dormido, Alianza del Destino, Unicornio Blanco, etc.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com