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Capítulo 513: ¿Solo un sueño? ¿Lo fue?

Aiden se sintió contento en ese momento.

Su mirada simplemente permaneció en el rostro de Arwen, memorizando los delicados rasgos que nunca había olvidado en su vida.

Y sin embargo, cada vez que la miraba, sentía que era como verla por primera vez, como descubrir algo precioso de nuevo.

Sabía que nunca se cansaría de esto. Sin importar cuántas veces tuviera que hacerlo, esto —verla dormir en sus brazos— era algo que siempre apreciaría.

Sus dedos se movieron lentamente, delineando suavemente sus labios, con cuidado de no despertarla. Luego subieron para trazar el puente de su nariz, y finalmente se detuvieron en sus ojos cerrados.

En el momento en que las yemas de sus dedos rozaron sus párpados, su expresión se contrajo levemente. Se detuvo, sin querer perturbar su sueño.

Pero en lugar de alejarse, Arwen se giró levemente hacia él, acercándose más y frotando suavemente su rostro contra su pecho.

No pudo evitar sonreír ante sus acciones.

Ella seguía siendo tan adorable como siempre.

Nada había cambiado.

Cuando la vio por primera vez de nuevo en la Oficina de Asuntos Civiles, pensó que ella había cambiado con los años, perdiendo la esencia de inocencia que tenía única en ella.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no la había perdido, más bien, se vio obligada a olvidarla.

Pensó que había perdido parte de ella porque no pudo protegerla bien…

Pero finalmente al ver ese mismo lado de ella resurgir de nuevo, se sintió aliviado.

El brazo sobre el que descansaba se apretó suavemente alrededor de su cuerpo, y su otra mano se movió para tomar la de ella.

Sus anillos de boda reflejaron el resplandor plateado de la luz de la luna, brillando como promesas silenciosas en la oscuridad.

Llevó su mano a sus labios y presionó un suave beso en los anillos, su voz baja y reverente.

—Gracias por elegirme de nuevo, Luna —susurró contra su piel, su sonrisa profundizándose al recordar sus palabras de antes—. Puedo esperarte hasta la eternidad, si eso es lo que se necesita para tenerte en mis brazos para siempre.

Con eso, cerró los ojos, contento de quedarse dormido a su lado.

Pero al siguiente momento, su respiración se detuvo cuando la oyó murmurar, tan suavemente que podría haber sido el viento.

—Para siempre contigo será una bendición, Ide.

Si no hubiera estado recostado tan cerca de ella, podría haber pensado que lo imaginó.

Pero lo había escuchado.

Claro. Innegable… quizá.

No solo le prometió para siempre, sino que lo llamó por el nombre que pensó que había sido olvidado hace mucho tiempo.

¡Ide!

¿Realmente lo llamó así?

Su corazón latía con fuerza. Casi levantándose, miró su rostro, buscando cualquier signo —cualquier destello en su expresión para confirmar lo que acababa de escuchar.

Pero ella seguía durmiendo, acurrucada en sus brazos, inconsciente de la tormenta que acababa de despertar en él.

Ese nombre…

No era solo un nombre. Era un recuerdo, una pieza compartida de su pasado. Uno que nunca pudo olvidar y uno que ella ya no recordaba.

No mentiría, había ansiado escucharla llamarlo así de nuevo.

Pero ahora que lo había hecho, no podía regocijarse completamente.

¿Estaba ella… recordando?

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Quería eso más que nada. Pero luego, recordando las palabras de Jason, no podía desearlo. No podía soportar ver su vida en riesgo.

La expresión de Aiden, que antes era tranquila y contenta, ahora estaba llena de preocupación y ansiedad. Había un toque de impotencia en su mirada, una especie de miedo que lo inquietaba profundamente.

Tal vez Arwen sintió su inquietud, porque se giró levemente en sus brazos antes de finalmente abrir los ojos. La somnolencia aún se reflejaba en su mirada, pesada y vaga, pero parpadeó, despejándola mientras lo miraba. Un leve ceño se formó entre sus cejas.

—¿Qué pasa? ¿Todo está bien? —preguntó suavemente.

Aiden no sabía cómo responder. Buscó en sus ojos un rastro, cualquier confirmación de lo que había escuchado. Pero su mirada era tranquila. Abierta. Como si nada hubiera cambiado. Casi lo hizo dudar de sí mismo. ¿Realmente lo escuchó? ¿O fue solo su anhelo jugándole una mala pasada?

Arwen esperó, pero cuando él no respondió, ya no pudo quedarse quieta. Sentándose, alcanzó su mano y usó la otra para sostener su rostro, haciendo que la mirara suavemente.

—Aiden —lo llamó, con preocupación en su voz—. ¿Qué pasa? ¿Tuviste una pesadilla?

Él la miró, dividido entre la incertidumbre y la esperanza. Luego preguntó, su voz calmada, pero con un matiz de tormenta que intentaba ocultar:

—¿Cómo me llamaste?

Ella se detuvo, notando la tensión entre sus cejas. Buscó en su rostro. No sabía qué estaba mal. Pero esta era la primera vez que lo veía, viéndose tan inquieto.

—Aiden —respondió lentamente—. Te llamé Aiden.

Deteniéndose brevemente, preguntó de nuevo:

—¿Qué pasa? ¿Me lo dirás? ¿Fue una pesadilla?

Aiden pensó por un largo momento antes de finalmente asentir afirmativamente. Arwen lo miró, esperando que explicara.

—¿Fue muy aterradora?

Si no, no había manera de que él se viera tan inquieto. Su pregunta hizo que Aiden se detuviera.

No pudo evitar repetirlo en sus pensamientos. ¿Fue aterradora? No lo diría, después de todo había anhelado que sucediera en sus mejores sueños.

—Aiden…

Aiden asintió.

—No fue aterradora, pero sí me asustó hoy —respondió—. He ansiado que eso sucediera por tanto tiempo, pero ahora que la idea de que suceda me asusta mucho.

Lo que dijo no tiene mucho sentido, pero cuando la vio, parecía que ella lo entendió exactamente. ¿Realmente lo entendió?

Arwen lo miró por un momento antes de inclinarse para abrazarlo en sus brazos.

—Está bien —dijo—. No importa cuán aterradora haya sido, fue solo un sueño. No ha pasado en la realidad. Así que no tengas miedo. Yo estoy aquí… contigo.

¿Solo un sueño? ¿Lo era?

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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