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Capítulo 212: Mi Fobos – Parte【6】

—No, no puedes —responde Fobos con los ojos serios mientras mira fijamente al malévolo macho cruzándose de brazos sobre el pecho, intentando intimidar al pequeño.

—¿Por qué no?

—Porque fue hecho para mí.

—Bueno, tú no lo comiste así que yo lo haré —el cachorro reta sin miedo, lo que hace que su tío frunza el ceño como advertencia. Se está irritando con la descarada desobediencia de Kal y que se atreva a tocar algo que le pertenece.

—Yo voy a comerlo.

—No, yo voy a comerlo —Kal contraataca.

Antes de que Kal pudiera abalanzarse sobre el pastel, mi pareja interviene y lo toma, quitándolo del camino del cachorro. —¡No! —El pequeño macho se queja sacando el labio inferior en un puchero amargo, esperando que haga ceder a su tío.

—Este pastel es mío.

—¿Qué vas a hacer con él si no piensas comerlo de todas formas?

—Voy a untarlo todo sobre los en— —Antes de que Fobos pudiera terminar la frase, tapo su boca con la palma de mi mano cerrándola mientras lo advierto con ojos terroríficos.

—¿En serio vas a hablar así delante de tu sobrino? —le grito en un susurro.

—Es mi pastel, horneado por mi hembra para mi cumpleaños —gruñe Fobos obteniendo una carcajada profunda de su hermano.

—Siempre posesivo con las cosas que son tuyas, nunca cambias —Deimos se ríe de él haciendo que una sonrisa insinuante florezca en el rostro de mi pareja a cambio mientras camina hacia la cocina para salvar su pastel.

—Deimos, ¿por qué no sales para que Kal pueda jugar? La cerca alrededor de la cabaña es bastante espaciosa, tiene mucho espacio para correr libremente.

—¿Qué opinas Kal? ¿Quieres jugar a las atrapadas con papá? —Deimos se arremanga la camisa preparándose ya para el juego de persecución y gira para mirar a su macho, quien no puede contener su entusiasmo, pues ya está en pie mirando directamente la puerta.

—¡Sí! —El cachorro levanta su puño en el aire y corre hacia la puerta principal a toda velocidad.—Papá, abre —grita mientras salta sobre los talones de sus pies tratando de alcanzar la manija de la puerta, todavía es demasiado bajo para ello, pero pronto podrá. Tan pronto como Deimos la abre, él sale disparado hacia el terreno abierto dirigiéndose lo más lejos posible de la cabaña.

—Recuerda Kal, si te atrapo no hay helado durante una semana —declaró Deimos corriendo tras él, intentando bajar su ritmo para darle algo de ventaja a su macho.

—¡No! Papá, por favor.

—Entonces corre más rápido, demuéstrame qué tan veloz puedes ser. —Mientras observo a los dos machos corriendo alrededor del área de pasto en el lado opuesto, me río saliendo por la puerta queriendo unirme a ellos también. No puedo correr, pero puedo caminar o quizás debería sentarme junto a uno de esos árboles y mirarlos.

—¡Tadeas! Sal afuera —grito dentro de la cabaña mientras me dirijo a los escalones solo para no recibir respuesta. Dando un paso apoyando mi vientre con mis palmas, giro mi cabeza para mirar dentro de nuestra casa una vez más—. Tadeas —llamo de nuevo—. ¿Dónde está este macho, está en el baño con Lumina o en la cocina con su padre?

—Manteniendo mis ojos pegados a la entrada esperando que mi pequeña bestia salga corriendo por ella, me dispongo a bajar otro escalón solo para tropezar y caer directamente al suelo. Un grito temible sale de mi garganta mientras caigo al piso de rodillas y palmas, los ritmos de mi corazón se aceleran mientras aprieto mi vientre fuertemente hiperventilando tratando de calmarme. Eso estuvo cerca, no estaba prestando atención.

—Mientras me tambaleo para sentarme en el suelo de pasto, mi bendición lunar sale por la puerta con sus ansiosos ojos azules en máxima alerta mientras recorre frenéticamente nuestro alrededor en busca de mí. Cuando sus ojos encuentran los míos, se agrandan con una sensación de preocupación y miedo que lo consume mientras corre hacia mí.

—¡Tea! —grita arrodillándose frente a mí rápidamente inspeccionando mi carne de pies a cabeza con una nerviosismo que lo confina—. Estoy bien —susurro queriendo calmar su tormenta, pero solo se intensifica más—. Estás sangrando —declara mientras asegura su palma debajo de mi rodilla derecha para levantarla más cerca de su rostro mientras me reclino hacia atrás apoyando el peso de mi cuerpo superior en mis codos permitiéndole revisar mi herida.

—No es nada grave, solo tropecé en el último escalón, fui imprudente, lo sé, estaba mirando hacia atrás por Tadeas.

—¡Drahá! —condena mis acciones, su voz estallando mientras que yo sollozo ante su regaño—. Lo siento, no volverá a ocurrir. Estoy bien, los cachorros están bien.

—Él sube mi rodilla más cerca de su rostro y la encuentra a mitad de camino para conectar su boca con mi carne sangrante, su lengua sale para lamer mi herida fresca —Fobos —jadeo sin aliento mientras él continúa untando su saliva sobre ella, su agarre en torno a mi tobillo se tensa con cada segundo que pasa mientras permanezco quieta esperando que termine.

—¿Sabes a qué me ha recordado esto? —pregunto mientras él me suelta inspeccionando mi herida para ver si ya se ha curado completamente o si necesita lamer más.

—¿A qué?

—A la primera vez que te conocí en los jardines del castillo cuando tenía cinco años. Curaste mi herida de la misma manera —sonrío recordando los cálidos recuerdos que aprecio muchísimo—. Oh sí, recuerdo, eras una cosita tan pequeñita. Honestamente, eras la cachorra más hermosa que jamás había puesto mis ojos y milagrosamente terminaste siendo mía. Toda mía —se acerca más a mis labios, sus dedos haciendo cosquillas en mis costados mientras suelto una serie de risas vivaces.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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