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Capítulo 208: Mi Fobos – Parte【2】

—He echado de menos —declaró mientras ella apoya su frente contra la mía, su manera de saludar a sus hembras.

—Y yo también mucho y para ser honesta, por eso pensé que podría sorprenderte hoy. Pido disculpas si te he incomodado.

—Oh, para nada, me has hecho muy feliz con tu visita. Por favor, ven a sentarte y Deimos, ya puedes soltar a Kal —digo mientras Deimos finalmente libera a su macho que se lanza directo hacia el sofá junto a Lumina que lo sigue de cerca.

—¡Mamá, tengo hambre! —se queja Kal saltando juguetonamente sobre el sofá mientras sus ojos inquisitivos exploran nuestra nueva casa. Es su primera vez aquí, pero actúa como si hubiera venido varias veces antes. Me gusta eso de Kal, no es del tipo de cachorro introvertido como mi Tadeas.

—Acabas de comer en el vuelo, bestia —Lumina regaña mientras pasa a su cansada hembra a Deimos, quien tiene los brazos abiertos para recibirle. Elena, ese es su nombre, aún recuerdo la urgente llamada de Lumina después de dar a luz, solo para informar a Fobos y a mí del nombre que le dieron, es una cosita especial. Muy preciosa.

—¿Qué quieres, Kal?

—¡Helado! —Él levanta su puño en el aire ganándose un gruñido reprobatorio y sonoro de su padre, quien niega con la cabeza desaprobador.

—El helado no es comida —afirma Deimos.

—Papá, por favor.

—Habla con tu madre, esta conversación ha terminado.

—No puedes comer helado Kal, cualquier otra cosa menos eso o haré que el tío Ragon jamás te compre de nuevo —dice Lumina señalándolo con el dedo en señal de advertencia mientras los ojos de Kal se agrandan ante su amenaza y su labio inferior comienza a temblar acompañado por un nuevo conjunto de lágrimas que se asoman en sus esmeraldas exquisitas que se parecen a las de Deimos en todos los sentidos.

—Tengo algo tan dulce como el helado en mi cocina, ¿quieres un trozo de tarta de fresa, Kal?

—¿Fresa? —pregunta sollozando mientras me mira desde debajo de sus pestañas húmedas de deseo. Solo quiero devorar a este macho, es adorable.

—Sí, fresa. Escuché que disfrutas de la fruta.

—Sí —asiente con entusiasmo, la luz que desapareció una vez más vuelve a brillar en sus verdes. Es fácil complacerlo, supongo que ama la comida, especialmente los platos dulces. Su hembra no tendrá dificultades para calmar sus tormentas en el futuro, todo lo que necesita hacer es hornear.

—Bien, voy a buscar uno para ti para que puedas llenar esa pequeña barriguita tuya —arrulló.

—Lo mimas demasiado, ya está malcriado, solo lo empeoras —Deimos se ríe mientras le lanzo una mirada fulminante.

—Es como mi macho, lo sabes. Y él es el primogénito de nuestra familia Deimos, nació para ser mimado, al igual que los otros cachorros nacidos en nuestra familia —declaro con un encogimiento de hombros mientras me dirijo a la cocina con Lumina pisándome los talones.

—No come mucho, solo una pequeña porción estará bien, no quiero quitar lo que hiciste para el cumpleaños de tu macho.

—Tonterías, todos compartiremos. Yo hago la mejor tarta, lo sabes —declaro orgullosa con una exagerada inflación de mi pecho que la hace reír entre dientes mientras se apoya contra la encimera observándome atentamente mientras corto una pequeña porción de la tarta para su macho. Voy a esparcir un poco de crema batida que sobró encima, será un pequeño regalo extra para él.

—Me alegra que la lencería que te regalé funcionara bien con tu macho, pero debo decir que me sorprendió bastante ver que él no la rompió.

—Ciertamente lo habría hecho si hubieras llegado un poco más tarde, pero me alegro de que no lo haya hecho. Realmente me gustó cómo me veía en ella, ¿sabes?

—Y por eso te la compré. A veces solo necesitamos vernos bien para nosotras mismas, no solo para complacer siempre a nuestros machos —ella sonríe.

—Estoy de acuerdo contigo en eso.

—¿Cómo están tus pequeñas bestias, no más náuseas matutinas?

—Afortunadamente no. Puedo mantener la comida en mi estómago muy bien estos días, también he subido un poco de peso. Pero cada vez que me siento un poco triste por ello, Fobos siempre está a mi lado para besar mis inseguridades.

—¿Y cómo van las cosas entre Fobos y tú ahora? —me congelo en mi sitio y giro gradualmente mi cabeza hacia ella, mi alma cantando, mi corazón latiendo fuerte bajo la piel incapaz de contener el amor insondable que poseo por ese macho. La semilla de amor y amistad que él plantó en mí cuando era una cachorra ha evolucionado en un árbol enorme que proporciona sombra a mi alma todos los días.

—Hermoso —susurro y su sonrisa se ensancha mientras rodea con sus brazos mi cuello una vez más atrayéndome hacia un cálido abrazo.

—Estoy muy feliz por ti, Tea.

—Yo también estoy muy feliz —susurro mientras me regodeo en el calor de su ser que me envuelve. Algo de su presencia nunca deja de traer un sentimiento de pertenencia y serenidad dentro de mí.

—¡Mamá! —Kal se queja una vez más desde el salón instándola a que le traiga su comida y Lumina muestra sus dientes irritada en su dirección.

—Diosa, no sé de dónde saca este macho su impaciencia, probablemente de su padre —dice con los dientes apretados mientras acepta el plato con un agradecido asentimiento y se dirige al salón mientras yo la acompaño.

En cuanto entramos por el arco descubro a Fobos llevando en sus brazos a un bostezante Tadeas mientras se acerca a nosotras. Deimos y Lumina se congelan en el sitio observando a nuestro macho con ojos amplios y curiosos y Kal también mientras mastica alegremente su trozo de tarta. —Di hola Tadeas —murmura Fobos tiernamente mirándolo animándolo a hacerlo solo para que nuestro pequeño se gire y esconda su rostro en el cuello de su padre ganándose una risa ronca de Deimos.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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