- Inicio
- La Reclamación Virgen de la Bestia
- Capítulo 197 - Capítulo 197: Profecía del Vůdce - Parte【3】
Capítulo 197: Profecía del Vůdce – Parte【3】
Fobos avanza hacia el estudio conmigo siguiéndole de cerca. Hay algunas cosas sobre las que deseo hablar con él.
—No me molesta que seas brusco conmigo, Fobos.
—Sé esto, tu cuerpo se ha acostumbrado a mis maneras. Pero ahora que tengo un poco más de control sobre mi bestia, deseo amar tu cuerpo de una manera más delicada. ¿No es esto lo que tú también quieres, una vez preguntaste por qué era gentil con Moira y no contigo? —¿Cómo recuerda este macho cada cosa que alguna vez le dije o pregunté, incluso cuando yo no lo recuerdo?
—Eso fue en el pasado y tenía mis inseguridades, ahora es diferente.
—Pero yo también deseo amarte de esta manera —él afirma mientras se deja caer en su silla, mirando su mesa de trabajo que posee varios registros que Drakho preparó para él la noche anterior, negociaciones con las manadas más cercanas para la cacería de invierno, intercambios mensuales y más.
—¿Tratar mi cuerpo como si fuera de vidrio? —pregunto con tono burlón lo que hace que él muestre sus dientes obteniendo una leve risa mía a cambio.
—Ya sabes a lo que me refiero —él murmura mientras lee cuidadosamente los garabatos intentando entender lo que está escrito. Debo admitir que Drakho tiene una letra realmente mala, hasta el punto de que es bastante cómico.
—Deseo hablar contigo sobre algunos asuntos —digo mientras doy un paso adelante para sentarme en la silla de madera frente a la mesa, pero me detengo a mitad de camino cuando Fobos niega con la cabeza en señal de objeción.
—Ese no es el asiento para ti, Tea. Está destinado solo para los machos de confianza que invitaré aquí para negociar —.Entonces, ¿dónde se supone que debo sentarme? —pregunto mientras él baja el lápiz sobre la mesa para mirarme. Él se recuesta en su silla y abre sus piernas ampliamente mientras me ofrece su palma desde el otro lado de la mesa para que la tome.
—Ven —una palabra de él y yo entrego mi mano a la bestia esperándome mientras él me guía casualmente alrededor de la mesa hacia su calor. Me tira hacia abajo para que caiga en su regazo, lo que le parece una posición más cómoda para ambos—. Este es tu asiento. Siempre.
—¿Y qué hay de Tadeas? —pregunto mientras me acomodo para lanzar mis piernas a cada lado de él montándolo y esto le parece aún más placentero.
—Construiré una silla para él si así lo deseas.
—¿No permitirás que él se siente en tu regazo?
—No, mi regazo está reservado solo para mi hembra —él sonríe hacia mí mientras sus robustas extremidades rodean mi cintura acercándome más a su carne hasta que mis pechos se presionan ajustadamente contra su ancho y tonificado pecho—. Dime, ¿sobre qué querías hablar conmigo?
Tarda unos segundos en reunir mi valentía pero él me anima con esos amorosos ojos azules que se clavan en los míos con tanto cariño—. Primero sobre el Alfa Giovanni —Fobos se tensa visiblemente en su asiento debajo de mí con un ligero apretón de mandíbula en cuanto lo menciono.
—¿Qué pasa con él? —me interroga con los ojos entrecerrados, no le gusta a dónde va esto pero eso no me detiene de continuar con mi pregunta.
—¿Cuál es tu decisión final, nunca me dijiste nada al respecto?
—¿Mi decisión final sobre qué? —finge estar desconcertado ganándose un fuerte golpe en el pecho con mi puño cerrado en forma de reprimenda.
—¿Realmente vas a comportarte de esta manera? Sabes exactamente de lo que estoy hablando, estúpido macho —Fobos simplemente inclina la cabeza hacia un lado apoyándose completamente en la silla sentándose más cómodo mientras sujeta los redondeados cabezales de los reposabrazos con sus palmas mirándome con unos imperturbables ojos azules océano que me enojan aún más. No siente absolutamente nada con respecto a este asunto a diferencia de mí que estoy al borde del pánico y la preocupación.
—Cuando deseas proteger a otros lobos que no son nuestros como estos y más aún de mí, me enoja Tea.
—Entiendo pero tú serías igual que yo si los conocieras, Fobos. Son maravillosos. Su Luna, Ira se ha convertido en una buena amiga mía y la hermana menor del Alfa Giovanni, Gianna, está muy cerca de mí.
—¿Ocupan… espacio aquí? Si los aniquilo, ¿sangrarás? —él pregunta mientras ajusta su palma callosa contra mi corazón palpitante estudiando mis ojos con una expresión inescrutable.
—Sí —respondo sin dudar.
—Tea —él gruñe con un profundo suspiro y sacude la cabeza mostrando su desagrado por esta verdad mía.
—Fobos —le suplico y él me da una lenta inclinación de cabeza en señal de entendimiento. No desea resistirse a mí en esto.
—No les pasará ningún daño a ellos ni a sus tierras, les mostraré misericordia. No deseo herirte.
—¿Lo dices en serio? ¿Prometes? —pregunto.
—Todos ellos aún respiran, ¿no te indica eso algo? Ya había llegado a esta conclusión después de nuestra última conversación sobre este tema. También hablé de esto con mi hermano, ese macho Giovanni reside cerca de su corazón. Si aquellos a quienes amo lo aprecian tanto, no tengo derecho a acabar con él —su verdad hace que mis ojos se abran de asombro. Realmente no esperaba esto de mi macho, pensé que tendría que luchar más con él sobre esto. Se ha vuelto tan comprensivo y acomodaticio con nuestros deseos que solo me hace amarlo más.
Coloco mi frente contra la suya mirándolo hacia abajo con una amplia sonrisa mostrando lo feliz que me ha hecho sentir con esta decisión final. “Gracias.”
—Cualquier cosa por ti, mi hembra —responde con una sonrisa benigna propia que enciende un fuego tranquilizador en el abismo de mi corazón. Lo amo mucho más de lo que nunca podré expresar.
—¿Vendrás algún día conmigo a visitarlos?
—¿Visitar Italia? —pregunta.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com