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  2. La Princesa Rosa Olvidada
  3. Capítulo 265 - 265 Capítulo 265
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265: Capítulo 265 265: Capítulo 265 Después de que Krystle se fue, Rosa fue directamente a la cama.

Con Zayne ausente, Rosa podía mirar directamente por la ventana ya que su gran cuerpo no estaba allí para bloquear su vista.

El cielo ya se había oscurecido pero todavía era temprano en la noche, así que la mañana estaba muy lejos de aquí.

Para que llegara más pronto, todo lo que Rosa necesitaba hacer era dormirse pero por alguna razón, aún no tenía sueño.

Mientras no saliera de su habitación y fuera a buscar a Zayne, entonces ganaría.

—Eso no es difícil de hacer —susurró Rosa, aunque parte de ella dudaba que pudiera resistir mucho tiempo.

Rosa estaba equivocada al pensar que podría dormir sin él.

Lo había hecho durante muchos años pero se había acostumbrado a compartir habitación con Zayne.

Primero en su campamento, en el barco y ahora aquí.

Era fácil dormirse cuando él estaba cerca y ahora le tocaba dormir sola y soportar sus pensamientos.

—Duerme —dijo Rosa como si eso la pusiera en trance para dormirse.

Cerró los ojos para obligarse a dormir y durante la primera hora, no funcionó ya que no podía evitar escuchar todos los pequeños ruidos que antes no notaba.

Parecía que la naturaleza no quería que durmiera o ganara.

¿Debería traerse aquí un conejito?

Rosa cerró los ojos e intentó con más fuerza dormirse.

Imaginaba la cena venidera que aún estaba planeando ya que no había renunciado.

Exactamente cómo quería que fuera se mostraba en su mente y Rosa sabía que podía hacerlo por sí misma, pero su única preocupación eran el rey y Zayne.

No debería haber ninguna discusión que arruinara su primera cena como anfitriona.

Cuanto más pensaba Rosa en la cena, más cerca estaba de quedarse dormida y eventualmente lo logró.

Fue más tarde en la noche que Rosa se despertó al sentir movimiento en la cama.

Sonrió poco después de abrir los ojos ya que había ganado la apuesta.

Ahora este problema de los conejitos llegaría a su fin.

—Has perdido.

Zayne estaba acostado de lado, sin estar en lo más mínimo molesto por haber perdido la apuesta.

Nunca tuvo la intención de ganar desde el principio y principalmente esperaba ver si Rosa lo buscaría.

—Me duele que no hayas intentado buscarme.

¿No me extrañaste?

—Sí —respondió Rosa honestamente.

—Pero quería ganar más.

¿Puedo decirte lo que quiero ahora?

—Sí.

—Quiero que dejes de hablarme de conejitos.

Eso es todo.

No es tan mono como crees porque me has molestado.

Creo que debería recibir un castigo si no cumples tu parte.

Pensaré en el castigo en el futuro.

Ahora —dijo Rosa, yendo hacia adelante para abrazar a Zayne.

—Estoy bastante acostumbrada a esto.

Ella no sabía qué haría en las noches cuando Zayne no estuviera aquí y no pudiera simplemente ir a otra habitación para verlo.

Sería difícil romper este hábito al que se estaba acostumbrando.

—¿En qué estás pensando?

—preguntó Zayne.

—Cuando te vas a ir.

El rey no parará hasta que accedas a irte.

O quizá puedo llorarle y rogarle que te deje quedarte.

Puedo ser convincente como una esposa que no quiere que su marido se vaya.

Quizás entonces él tendría corazón y te dejaría en paz —dijo Rosa.

Zayne sabía que no importaría, pero disfrutaría del espectáculo.

No había tenido muchas oportunidades de ver a Rosa decirle a otros cuánto lo amaba.

Disfrutaba de las raras ocasiones en que eso sucedía.

—Seguiré adelante con la cena y no permitiré errores causados por discusiones.

Prométeme que no discutirás con el rey.

Si necesita ser echado, que así sea, pero esa noche, no provocarás comentarios para hacerlo reaccionar.

Promete —Rosa extendió su dedo meñique para que Zayne hiciera la promesa.

Zayne hizo la promesa a Rosa.

—No arruinaría intencionalmente tu cena, Rosa.

Más que nadie, he visto cuánto tiempo y pensamiento estás poniendo en esto.

Puedo prometer no discutir con él, pero si se pone irrespetuoso, lo echaré.

Echar o lanzar.

Rosa se rió ante la idea de Zayne lanzando a alguien.

—Ha habido momentos en que cuestioné cuán cercanos son ustedes dos, pero ahora entiendo que así es como actúan los hermanos.

Espero que puedan arreglarlo, pero no durante la cena para arruinarla.

Rosa apoyó su cabeza en el brazo de Zayne y se acomodó para volver a dormir.

Esta vez fue más fácil y los ruidos de antes parecían haber desaparecido.

Rosa volvió a pensar en la cena que tenía que planear, esperando ansiosamente el día en que llegaría.

Desde la noche de la apuesta, pasaron tres días con la tan esperada cena finalmente sucediendo.

Rosa era quien más se movía por la finca para asegurarse de que todo estuviera perfecto y listo para la llegada de sus invitados.

Pasó tres días planificando meticulosamente cada detalle de la cena con Zayne ofreciéndole su asesoramiento.

Ahora solo quedaba que llegaran sus invitados.

Rosa echó un vistazo al reloj gigante cerca de la puerta.

El tiempo que había indicado para su llegada estaba a punto de pasar y eso la ponía nerviosa de que no vinieran cuando quizás solo estaban retrasados.

—Tranquila, Rosa.

Vendrán a menos que quieran enfrentarse a mí en la mañana —dijo Zayne.

—Sin violencia —Rosa le recordó a Zayne.

—¿Está bien puesto?

—Rosa preguntó, jugueteando con la horquilla que Zayne le había regalado.

Estaba decorada con joyas que parecían flores en el lado.

Era hermosa y coincidía con el vestido azul que eligió llevar esa noche.

—Está, pero si sigues tocándolo con los dedos se desacomodará.

No puedo prometerte que la cena salga como planeaste puesto que nunca sucede con esta familia, pero será buena.

Puedo ver dos carriages en las puertas —dijo Zayne, mirando hacia adelante.

Él caminó hacia las puertas delanteras abiertas, seguido de cerca por Rosa, quien quería ver a sus invitados entrar.

—Todavía podemos cerrar las puertas ahora y actuar como si no estuviéramos en casa —sugirió Zayne.

Rosa le dio un golpecito juguetón en el brazo.

—No haremos tal cosa.

Sonríe, Zayne.

Nos espera una noche divertida.

Eso espero.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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