Capítulo 346: PASIÓN INTERRUMPIDA R-18 Capítulo 346: PASIÓN INTERRUMPIDA R-18 Xaden la miró con furia y Jazmín se dio cuenta de lo que acababa de decir y suspiró.
—Anna tiene su vida y yo estoy muy muy feliz por ella ahora que ha vuelto contigo —dijo Jazmín—. Fue injusto que la secuestraran. Pero Xaden, ella vivió mi vida. Ella nunca sufrió ni una sola vez. Tú mismo lo viste. Porque ellos me entregaron a ti. Prefirieron quedarse con ella en lugar de mandarla de regreso contigo. Si no me hubieran enviado a ti. Tú habrías hecho lo que me hiciste a mí con tu herma-
—¡BASTA! —Xaden declaró, sin querer escuchar el resto de la conversación.
Ambos sabían hacia dónde se dirigía ella y no era más que la cruda verdad.
Si la manada de Luz de Luna hubiera tratado a Anna con tal desprecio nunca habrían dudado en entregarla a Xaden.
Habría sido incesto.
—Has visto mi espalda. Has visto las cicatrices. Has visto por lo que pasé y sabes en el fondo que mi vida fue un infierno —ella dijo.
—No cambia el hecho de que me mentiste —él ladró agresivamente—. ¡Me mentiste! Desde el primer día. Podrías haberme dicho nada más que la verdad, pero en cambio elegiste engañarme y traer asesinato y muerte a mi casa.
—Debería haber dicho la verdad, sí. Y lo siento. No tienes idea de cuánto lo siento. Nunca debería haber te engañado y hecho creer que yo era su hija. Pero no te conocía. Aquí estaba siendo tomada prisionera de una vida cruel en la que viví toda mi vida para enfrentar otra. ¿Cómo iba a saber si iba a recibir algo diferente? ¿Habrías creído incluso las palabras de una extraña si te hubiera dicho que era una mentira? —dijo Jazmín.
Él se quedó en silencio ante esas palabras, y el silencio fue una respuesta.
—Si pudiera deshacer todo, lo haría sin siquiera pensarlo —continuó Jazmín—. Pero no puedo. No es justo para mí que haya sufrido en mi propia casa, venir aquí a sufrir por un crimen del que era inocente y aún así perderlo todo. —Jazmín regaló una sonrisa débil—. Anna puede que haya sido secuestrada pero al final del día, todavía te tiene a ti. Siempre te tendrá. Yo no tengo a nadie.
Él la miró y muy suavemente se acercó a ella.
Su rostro se encendió y se volvió rojo de color.
¿Qué estaba tratando de hacer?
Ella dio un paso atrás y luego él la atrapó la mano y la atrajo hacia él.
Entonces él agarró la barbilla y la forzó a mirarlo.
—La vida no es justa —él dijo de manera cruel y, sin embargo, más atractiva que jamás haya habido.
Y luego bajó a su cuello y mordió en la nuca.
Ella jadeó ante el placer que sintió.
Su cuerpo había estado anhelando su toque durante tanto tiempo, que prendió fuego en ella.
Su lengua danzaba en su cuello y ella comenzó a respirar pesadamente, su cuerpo empezó a temblar y pudo sentir que su interior comenzaba a humedecerse.
Él rasgó su vestido.
—La vida no es jodidamente justa —él dijo mientras sumergía su rostro en su cuello.
Agarró un puñado de su cabello y apretó mientras mordisqueaba su cuello, mordía y succionaba en ellos.
Ella quería echar la cabeza hacia atrás y gemir de placer, pero su mano que sostenía su cabello la mantenía en su lugar.
Luego, finalmente, la forzó a mirarlo directamente y ella lo hizo.
Sus ojos la devoraban con hambre, como un hombre que no había comido en semanas.
Estaba famélico y hambriento.
—Es por eso que nunca serás libre. Me perteneces. Lo que yo desee de ti es lo que harás. Tu cuerpo es mío y nunca pertenecerás a otro —dijo él.
Él la besó con hambre y ella probó su cálida saliva mientras él mordía su labio inferior.
El éxtasis total de todo.
El deseo mientras enrollaba su lengua con la de ella y ella gemía probándolo.
Ella sintió su virilidad dura contra ella.
Él la levantó agresivamente y en un segundo estaba en su cama.
Él desgarró su vestido y su rostro bajó sobre sus pezones duros.
Succionó fuertemente en ellos y los mordisqueó.
Ella lloró mientras apretaba las sábanas de la cama, mientras sus manos se deslizaban bajo su vestido y entre sus piernas.
Sus dedos separaron sus piernas mientras comenzaba a masturbarla.
Ella se sintió húmeda y resbaladiza bajo su toque y todo lo que podía hacer era llorar y suplicar por más.
Él comenzó a frotar su virilidad que todavía estaba en sus pantalones contra ella y ella sintió que su cuerpo se abría involuntariamente para él.
Su cuerpo comenzó a separar las piernas por su cuenta.
Lista para su entrada, tentándolo.
Y luego metió sus dedos dentro de su apretada y húmeda vagina.
Ella lloró y comenzó a temblar mientras sus dedos jugaban con sus paredes mientras su cuerpo se relajaba más y más líquido le decía que estaba lista para su apareamiento.
Y luego volvió a su cuello y comenzó a besarla por todas partes.
Ella estaba llorando y suplicando por más.
Suplicándole que entrara y se adentrara en sus partes más profundas.
Ella pasó sus dedos por su cabello mientras gemía de placer.
Jazmín no escuchó la puerta abrirse, pero escuchó la voz masculina.
—Xaden, esperaba que pudiéramos… —¡Lo siento mucho por la interrupción! Ambos se giraron y vieron que era su tío Uther.
Jazmín tuvo suerte de que Xaden estuviera sobre ella y por lo tanto ocultara su desnudez.
Se sonrojó y empezó a cubrirse.
Xaden se levantó y puso las cobijas sobre para esconder su desnudez.
Él mismo se levantó y comenzó a ajustar su ropa.
—Tío —dijo Xaden mientras caminaba hacia él en la puerta.
—Lo siento mucho, no tenía idea de que tenías compañía —se disculpó Uther.
Jazmín quería esconderse más dentro de la cama.
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