Capítulo 991: 991 Un Ritual Sin “Respuesta” Capítulo 991: 991 Un Ritual Sin “Respuesta” Editor: Nyoi-Bo Studio Tras finalizar la comunicación privada, Klein hizo que El Mundo Gehrman Sparrow mirara a Cattleya: —Por favor, informe a la Reina Mística que deseo encontrarme con ella para hablar sobre algo.
La definición de la hora y el lugar exactos quedan a su criterio.
«¿La Reina Mística?
Así que Madame Ermitaño representa a la realeza sobre los Cinco Mares…» Pensó Leonard sorprendido.
«¿Qué pasa?» Cattleya frunció el ceño ligeramente de manera cautelosa, para luego responder: —Le transmitiré sus intenciones, pero de ninguna forma puedo garantizar que acepte.
—Está bien —dijo El Mundo Gehrman Sparrow asintiendo, consciente la posición de la Almirante de las Estrellas.
En ese momento, Derrick finalmente tuvo una oportunidad para hablar al decir: —Todos…
—miró al Sr.
Colgado y al Sr.
Mundo antes de continuar—: El ritual que necesitaba para avanzar a Sacerdote de Luz requiere pura oscuridad.
Necesito enterrar todo mi cuerpo en un tipo de hielo que generalmente no se derrite.
En la Ciudad de Plata, ese hielo es fácil de encontrar.
Sin embargo, ¿cómo podría crear una oscuridad pura pero segura?
«Así que ese es el ritual de avance a Sacerdote de Luz.
Pequeño Sol siempre es honesto y sencillo…» Debido a su falta de experiencia y a su poco conocimiento en el área, Audrey no pudo proporcionar ninguna sugerencia sustancial.
Todo lo que pudo hacer fue mirar a la persona que creía que era capaz de resolver el problema: El Mundo, Sr.
Gehrman Sparrow.
Y en ese momento, El Mundo levantó las manos para frotarse las sienes.
En cuanto a El Loco Klein, estaba tratando de pensar en una solución a toda velocidad.
«Sigh, si se tratara del mundo exterior, una oscuridad pura sería extremadamente fácil de obtener.
En cambio, el hielo que normalmente no se derrite sería lo más problemático, pero la Ciudad de Plata parece funcionar al revés…
Allí, la oscuridad es muy peligrosa.
El solo hecho de permanecer en las penumbras resulta en desapariciones o en ataques de monstruos extraños…» «Puedo hacer que Leonard proporcione talismanes del dominio de la Nocheterna, y luego podría agitar algunos de los poderes del misterioso espacio sobre la niebla gris.
Así, valiéndome de las oraciones de Pequeño Sol, sería capaz de crear un área de oscuridad artificial.
Pero el problema radica en que desconozco si eso atraería el peligro normal que acecha la Ciudad de Plata.
Eso tampoco es algo que pueda responderse con una adivinación.
Cuando un asunto no me involucra, una adivinación solo me sirve para determinar si la situación es peligrosa o no, o cuándo se debe actuar.
Y bajo tales circunstancias, hay demasiados elementos involucrados, y las posibles fuentes de peligro son diversas…» «Sí, convocaré a Arrodes más tarde y le preguntaré…» Klein había considerando previamente el problema relacionado al avance de Pequeño Sol, pero seguía sin poder encontrar una respuesta.
Al ver a El Mundo en silencio, Leonard, que originalmente quiso decir que “crear oscuridad pura es extremadamente fácil”, cerró lentamente la boca.
Comenzó a reflexionar sobre las palabras de El Sol y notó una palabra que había ignorado: ¡Segura!
«En la Tierra Abandona de los Dioses, en la Ciudad de Plata, ¿La oscuridad es equivalente al peligro?» Pensó, captando aproximadamente el punto clave, pero debido a su poca comprensión, no pudo proporcionar ninguna sugerencia.
Finalmente, fue Alger quien habló.
Miró a Derrick y dijo: —Te ayudaré a recabar información y buscar soluciones.
Pero en el proceso, es posible que debas proporcionar cierto nivel de ayuda para confirmar algunas ideas.
—¡No hay problema!
—respondió Derrick sin dudarlo.
Justo después de eso, agregó—: No hay prisa.
Aún me falta alrededor de un mes para terminar de digerir mi poción de Notario.
Alger asintió suavemente, indicando que eso no era algo que necesitara ningún recordatorio.
En ese momento y tras un momento de reflexión, Cattleya le dijo a Derrick: —Quizás podamos analizar este problema desde otro ángulo.
Tu ritual de avance no durará demasiado.
Como solución simplemente podríamos aumentar el tiempo que puedes sobrevivir en la oscuridad pura…
Si mal no recuerdo, llegaste a mencionar que, tras quedarte en la más plena oscuridad, hay dos peligros.
El primero sería los ataques de monstruos extraños de orígenes desconocidos, y el segundo sería una desconcertante desaparición similar a la evaporación…
…
La primera es fácil de resolver.
Podrías solicitarle algunos Artefactos Sellados a tu Jefe, o él mismo puede montar guardia a tu lado.
En cuanto al segundo peligro, no sé lo suficiente.
Puedes intentar preguntarle a tu Jefe al respecto.
Pensándolo detenidamente, Derricky de repente sintió que esa era una estrategia viable con una posibilidad de éxito bastante significativa.
Inmediatamente respondió con agradable sorpresa: —Gracias, Madame Ermitaño.
El segmento de intercambios y aprendizaje continuó hasta que la asamblea terminó lentamente.
Al ver eso, El Loco Klein dio ligeros golpeteos en la esquina de la mesa: —Terminemos aquí por hoy.
—¡Su deseo es nuestra voluntad!
Audrey y los demás se pusieron de pie, despidiéndose con reverencias.
Después de que desaparecieron de la niebla gris, Klein abandonó el palacio magnífico y regresó al mundo real.
Primero sacó su billetera y tomó la nueva grulla de papel doblada por Will Auceptin.
Extendiéndola sobre la mesa, tomó un lápiz y simplemente escribió: “¡Hay algo!” Tras doblar la grulla de papel y dejarla debajo de su almohada, Klein se metió a la cama y decidió tomar una siesta.
En su brumoso sueño, una vez más se encontró observando las llanuras negras y el campanario de siempre.
Atravesando las llanuras y las puertas de madera, Klein llegó al rincón que ya conocía.
Un cochecito negro salió de las espesas sombras mientras Will Auceptin, envuelto en seda plateada, se chupaba el pulgar derecho y decía con enojo: —¡Cada vez eres más descortés!
Klein se rio secamente y contestó: —Considerando nuestra relación, no hay necesidad de tanta suntuosidad, ¿verdad?
Auceptin gruñó y exclamó: —Habla, ¿Qué pasa?
—Esta es la cosa; recientemente me encontré con el avatar de Amón —dijo Klein yendo al grano.
La boca del bebé se abrió un poco como si estuviera a punto de llorar.
Le tomó un gran esfuerzo controlarse a sí mismo para replicar: —¡Ni siquiera llevo un mes de nacido!
—…No necesito nada de ti.
Solo deseo hacerte una pregunta —agregó Klein rápidamente.
Will Auceptin levantó su brazo carnoso y agitándolo preguntó: —¿Qué es?
Klein dijo inmediatamente con una sonrisa: —El avatar de Amón puede robar el destino de los demás y aparecerse reemplazando sus identidades.
Deseo saber cómo puedo anticiparme a un desenlace tan aterrador como ese.
Will Auceptin se rio entre dientes mientras señalaba el cielo con el dedo índice: —Reza por ayuda.
«Por lo que parece, los poderes de la niebla gris pueden utilizarse para ver a través del manto del destino…» Pensó Klein lanzando un suspiro de alivio al sentirse más seguro.
Cuando pensó en la palabra “utilizar”, se refería a utilizar su marioneta para rezarle a El Loco mientras él se situaba por encima de la niebla gris.
A través del punto de luz que representaba a su creyente, podría examinar el área circundante para buscar cualquier anormalidad.
En cierto sentido, eso era equivalente a la observación de El Loco, un equivalente a una “visión verdadera” reforzada.
«Pero el problema es que no puedo permanecer por encima de la niebla gris para observar a través del manto del destino todo el tiempo.
Podría darse el caso de que, entre dos de los períodos de observación, Amón ya se acerque a la Calle Böklund y actúe sin que me percate de ello…» Klein reflexionó antes de preguntar con cierta deliberación: —¿No hay nada de lo que quieras recordarme?
Will Auceptin volvió la cabeza sin mirarlo mientras murmuraba: —Debes visitarme a mí y a mis padres una vez esta semana.
Durante la hora de la merienda…
—¡No hay problema!
—respondió Klein aceptando la invitación sin dudarlo.
Solo entonces el bebé volvió la cabeza hacia atrás y dijo con una sonrisa: —La próxima semana, alrededor del miércoles o del jueves, podrían darse algunos cambios en tu destino.
«No me digas…» Asintió mientras pensaba, a la par que el cochecito negro volvía lentamente hacia las sombras.
Al despertarse de su sueño, buscó sus artículos y comenzó a montar un altar sin perder tiempo.
Esta vez, el objetivo de su oración sería la Diosa de la Nocheterna, “Ella” y no Muerte Artificial, para ser exactos.
Pretendía evitar que Amón analizara la fuente de las agitaciones durante los cambios en el destino, pudiendo notar que algo andaba mal.
¿Cómo podría un Bendito de la Nocheterna rezarle a Muerte Artificial?
Tras establecer el ritual, Klein se secó la cara y se convirtió en el Gehrman Sparrow de aspecto frío, haciendo que su altura se redujera un poco.
Después de encender las dos primeras velas frontales, Klein hizo que la vela común que lo representaba ardiera con una llama amarilla.
Había dos velas frontales.
Una era una vela hecha de vainilla nocturna y flor de sueño para representar a la Nocheterna, y la otra era una vela hecha de flores blancas de castaña y rosa silvestre para representar la “Ocultación”.
Después de eso, creó un muro de espiritualidad, goteó aceite esencial de luna llena y quemó un polvo de hierbas para complacer a la diosa.
Poco a poco, fue completando el ritual.
Hacia el final, Klein retrocedió dos pasos, activó su Visión Espiritual y conjuró suavemente: —Rezo por el poder de la noche oscura…
…Rezo por el poder del misterio…
…Rezo por la gracia amorosa de la Diosa…
…Me encontré con el avatar del Blasfemador Amón en Backlund.
Está recolectando las características los semidioses de la ruta del Merodeador…
…
Solicito las bendiciones de la Ocultación para emprender una misión con el objetivo de erradicar los avatares del Blasfemador…
…Vainilla nocturna, una hierba que pertenece a la luna roja, ¡por favor transmítele mi súplica a la Diosa!…
…Flor de luna, una hierba que pertenece a la luna roja, ¡por favor transmítele mi súplica a la Diosa!
Concluyendo su conjuro, Klein esperó pacientemente por cierto tiempo, pero no pasó nada.
No hubo ninguna respuesta.
«Esto…
¿Acaso la Diosa se encuentra en un período crítico de control sobre la Unicidad de la ruta de Muerte y no puede responder a rituales específicos más allá de lo normal?
¿Debo rezarle a Muerte Artificial?
Después de todo, si existen las bendiciones de la Ocultación, Amón no podría verlas.
En dicho caso, la fuente de las agitaciones en el destino no apuntará hacia mí…» Klein frunció el ceño poco a poco mientras terminaba el ritual y despejaba el altar.
Sintió que necesitaba encontrar otras soluciones.
Después de que terminó de limpiar el escritorio y se dio la vuelta para dirigirse a la silla reclinable, una figura apareció frente a él de repente.
La figura llevaba una sencilla túnica de lino con rastros de parches.
Por la cintura de la figura había un cinturón hecho de corteza de árbol.
Su cabello negro como un cuervo caía en cascada libremente.
En tanto los pies de la figura no vestían calcetines ni zapatos, encontrándose cubiertos de polvo y heridas.
Era una dama.
Tenía rasgos faciales extremadamente normales.
Sus fantasmales ojos negros no eran diferentes a los de una persona común, pero el solo hecho de mirarla provocó una sensación de extrema paz y serenidad en Klein.
Aunque sentimientos de alarma surgieron en su interior, no pudieron sobreponerse a esa paz avasallante.
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