Capítulo 980: 980 Elección Del Objetivo A Parasitar Capítulo 980: 980 Elección Del Objetivo A Parasitar Editor: Nyoi-Bo Studio Después de tenerlo en brazos por unos minutos, Aaron Ceres y Wilma Gladys finalmente lograron calmar al bebé.
—Uff…
El delgado y alto Aaron lanzó un suspiro de alivio y se levantó.
Ajustando sus gafas de montura dorada, asintió con la cabeza en dirección a su invitado con una mirada de disculpa.
Después de organizar sus palabras durante unos segundos, dijo: —Lo siento.
Los niños suelen ser así.
—Ciertamente —respondió Klein con una sonrisa, indicando que no le importaba en lo absoluto.
Después de eso, cambió el tema de conversación y continuó compartiendo sus experiencias Balam Este y Balam Oeste.
Al retomar su relato volvió a utilizar sus poderes Beyonder una vez más, haciendo que todos en la sala de actividades cayeran bajo los efectos de una ilusión.
Luego, tomó el helado que aún no había terminado, cambió la cuchara y se levantó con una sonrisa.
Caminando hacia el cochecito de bebé, preguntó suavemente: —Will, ¿Quieres un poco?
—sin esperar a que el recién nacido regordete envuelto en seda plateada respondiera, dijo con un tono gentil—: Ya naciste así que deberías poder doblar una grulla de papel.
Así no tendría que visitarte a menudo.
Sabes lo sospechoso que sería eso.
Will Auceptin Ceres lo fulminó con la mirada sin darle una respuesta.
Klein no se inmutó y sacó un pedazo de papel de alta calidad, colocándolo en el cochecito.
Luego, se inclinó, y sacando un poco de helado con su cuchara dijo: —Siempre se exige un precio por lo que el destino otorga, ¿No?
Klein se rio entre dientes mientras agitaba la cuchara en su mano.
En el cochecito, Will levantó su mano izquierda y secándose las pocas lágrimas que aún estaban sobre rostro, murmuró: —Ante Beyonders de la ruta del Destino, el precio exigido debe pagarse antes de esperar el otorgamiento.
Dicho eso, el bebé regordete agarró el trozo de papel, comenzó a doblarlo con gran dificultad e hizo la figura de una grulla.
Parado frente al cochecito y manteniendo la estabilidad de su cuchara, Klein observó esa escena con una sonrisa.
*** Un transporte partió de la Calle Pinster y se dirigió a la Catedral de San Samuel.
Al pasar por la Unidad nro.
160 sobre la Calle Böklund, Leonard Mitchell miró por la ventana y murmuró para sí mismo a escondidas: —Dwayne Dantès ya volvió.
La voz ligeramente envejecida resonó en su mente: —El destino finalmente comienza a entrelazarse.
—Viejo, pareces un charlatán desde que te despertaste.
Leonard no pudo evitar burlarse.
Pallez Zoroast se rio sin respuesta.
Después de llegar a la Catedral de San Samuel, Leonard ingresó al estudio del Arzobispo de Backlund, San Antonio, bajo la dirección de un sacerdote.
Antonio Stevenson llevaba una túnica negra con detalles rojos.
Sus ojos eran profundos y su rostro estaba bien afeitado.
De pie junto a un armario, su sombra parecía la de una existencia desconocida que observaba todo desde la oscuridad.
Provocaría un miedo intenso en cualquiera.
—Su Gracia, ¿Me ha convocado?
Aunque Leonard pensó con antelación en ofrecer sus respetos, terminó inclinándose de manera bastante tosca.
Antonio asintió gentilmente y dijo: —Ya has prestado suficientes servicios para buscar convertirte en un Brujo Espiritual de 5ª Secuencia.
Sin embargo, no has terminado de digerir la poción de Asegurador de Almas; por lo tanto, te sacaré del equipo de Soest y te asignaré algunas misiones individuales.
Leonard respondió siguiendo el protocolo: —Estoy a sus órdenes.
Antonio tomó un montón de papeles en su escritorio y agregó: —Estos son casos con sospecha de actividad paranormal.
Debes investigar cada uno de ellos, los aplacarás o los purificarás según necesidad.
Si requieres asistencia adicional, puedes seleccionar miembros del equipo de Halcones Nocturnos de cada área jurisdiccional.
—Sí, Su Gracia —contestó Leonard, seguro de que habría hecho tareas similares incluso si San Antonio no fuera el que se las estuviera asignando.
Por lo tanto, tuvo cero objeciones ante sus nuevas misiones.
Después de recibir el montón de papeles, los hojeó casualmente y dijo: —Su Excelencia, ¿con qué se está ocupando actualmente el equipo del Capitán Soest?
Se había centrado en su venganza durante los últimos seis meses, haciendo que los demás lo vean como aislado y desmoralizado.
Eso le impidió construir fuertes amistades con sus compañeros de equipo de Guantes Rojos, pero a pesar de eso, eran personas con las había luchado varias veces.
No pudo evitar preocuparse por ellos.
—Fueron asignados para ayudar a Crestet a terminar una misión —respondió Antonio Stevenson sin entrar en detalles.
«Su Excelencia Cesimir también está en Backlund…» Pensó Leonard en silencio, tras lo cual señaló cuatro puntos sobre su pecho en el sentido de las agujas del reloj: —Que la Diosa bendiga a todos.
—Alabado sea la Dama —contestó Antonio haciendo el mismo gesto.
Después de abandonar el estudio del arzobispo, Leonard se dirigió al sótano.
Quería encontrar una habitación tranquila donde estudiar los casos de su próxima misión.
A mitad de camino mientras bajaba las escaleras, inconscientemente miró las ventanas manchadas sobre él.
La luz del sol brillaba, haciendo que la obra de arte dibujada en las ventanas manchadas pareciera aún más solemne.
También acentuó las figuras de los pequeños insectos y el polvo que flotaban en el aire.
Al ver esa escena, Leonard recordó repentinamente la descripción del Viejo sobre Amón.
Tenía la inexplicable sensación de que el Blasfemador estaba en todas partes.
Tembló por dentro cuando se le ocurrió una idea.
Rápidamente habló con voz contenida: —Viejo, tengo una pregunta.
—¿Qué es?
—preguntó Pallez Zoroast lentamente.
Leonard continuó hablando en voz baja diciendo: —Poco antes de que te fijaras en mí, ¿por qué no parasitaste a un insecto?
Son más pequeños y se ocultan mejor.
Podrías haberte escondido fácilmente en las catedrales sin preocuparte de que Amón te descubra.
—¿Cuánto tiempo puede vivir un insecto?
Cambiar continuamente los objetivos a parasitar es extremadamente cansador para mi cuerpo.
De esa manera, no solo mi recuperación se vería afectada, sino que incluso empeoraría mi condición y mi vida útil se vería acortada —dijo Pallez Zoroast gruñendo.
Leonard pensó y creyendo comprender un punto, insistió: —¿Y qué pasa con otras criaturas?
Aquellas que viven vidas relativamente más largas y pueden entrar a una catedral furtivamente.
Pallez Zoroast inmediatamente se rio poco antes de contestar: —Por lo que parece, ya has olvidado lo que te dije en el pasado.
¡Esto solo te hará sufrir en el futuro!…
Cuanto más alta es la Secuencia, mayores son las inclinaciones a perder el control y se acumula más locura.
Este es un rasgo propio de las características, cada uno solo puede resistir o buscar suprimir esa inclinación.
No hay forma de eliminarla por completo…
…Por lo tanto, para un parásito, elegir un objetivo al cual parasitar requiere la consideración de estos aspectos.
Si uno parasitara animales comunes, se encontraría relativamente bien por cortos períodos de tiempo, pero una vez que se excediera en dicha práctica, sufriría los efectos de la complexión y de las hormonas del cuerpo parasitado.
Je, je, todo es recíproco, ¿Lo ves?
Un parásito puede influir en el objetivo, pero el objetivo también puede influir en un parásito…
…Cuando uno parasita a un animal ordinario, es necesario hablar frecuentemente con alguien para evitar olvidar la identidad propia.
Por lo tanto, las posibilidades de exposición son extremadamente altas, y si uno no hace eso, el anfitrión definitivamente terminará influyendo en el parásito hasta hacerlo perder la capacidad de hablar.
Confundirá su propia existencia con la del animal hasta no estar seguro de su naturaleza.
Eso equivale a la locura, hasta que el parásito eventualmente pierde el control.
Alarmado, Leonard asintió levemente: —Entiendo…
No es de extrañar que hayas sido tan estricto al elegir un objetivo a parasitar.
—¿Estás tratando de elogiarte a ti mismo?
—dijo Pallez Zoroast en un tono burló, añadiendo—: Para nosotros, el mejor objetivo a parasitar es, sin duda, otro Beyonder de la misma ruta.
Todos los aspectos de ambas existencias se sincronizarán, y al nutrirlos una Secuencia por vez, pueden funcionar como fuente de alimentación para los poderes Beyonder del parásito.
Son la mejor medicina, al punto que uno podría llegar a tomar el control del cuerpo.
Al escuchar al Viejo hablar de asuntos tan viles y terroríficos con tanta calma, Leonard frunció un poco el ceño mientras suspiraba aliviado en secreto.
Eso significaba que el Viejo no le haría lo mismo.
Pallez Zoroast continuó: —La segunda mejor opción serían los Beyonders de las rutas del Vidente o del Aprendiz.
La absorción de sus poderes no generaría demasiada carga sobre el parásito, lo que le permitiría recuperarse rápidamente…
La siguiente opción serían Beyonders inteligentes de otras rutas.
Al menos la comunicación sería buena lo cual facilita una mejor cooperación…
…En cuanto a ti, je, je…
Leonard estaba a punto de contestarle al Viejo cuando de repente vio a un obispo bajando de un piso superior.
Apresuradamente cerró la boca, se aferró a las rejas y aceleró el paso.
*** Las siete y media de la noche, la Unidad nro.
39 sobre la Calle Böklund, la residencia del Miembro del Parlamento Macht.
Vestido con un abrigo largo, Klein descendió de un transporte abrochándose la ropa.
Bajo la iluminación encendida de una fuente cercana, ingresó al vestíbulo y se encontró con Maury Macht, quien vestía un uniforme militar verde-oliva con una faja de color rojo-naranja en la cintura.
Su cubierto estaba cubierto de medallas, elogios a sus logros en la guerra.
Su esposa, Riana, llevaba un vestido que dejaba al descubierto los hombros.
Saludó a Dwayne Dantès con una sonrisa: —Bienvenido, nuestro viajero.
Todos han estado esperando que compartas tus experiencias recientes en Balam.
—¿Debería publicar una columna sobre viajes en algún periódico?
—bromeó Klein en respuesta.
Macht sabía que Dwayne Dantès se había dirigido al Continente Sur para hacer negocios.
Además, se trató de un negocio que él mismo propició.
Por lo tanto, después de intercambiar una sonrisa, se acercó y le dio un abrazo, conteniendo su voz al decir: —¡Bien hecho!
Klein asintió sonriente y preguntó: —¿Les gustó el regalo?
Se refería a la botella de vino de uva del Valle del Río, muy recomendado para cócteles agrios.
—Fue excelente.
Aún recuerdo con cariño el sabor —dijo Macht en un tono serio.
Klein estaba a punto de pasar al pasillo cuando notó que algo andaba mal.
Echó una mirada superficial y preguntó algo sorprendido: —¿La Srta.
Hazel no está?
¿Acaso la enviaron a estudiar en una escuela pública para niñas?
Riana suspiró mientras sacudía la cabeza: —No, solo está enferma.
Se dirigirá a la escuela pública recién en septiembre.
—¿Se resfrió?
—indagó con la preocupación que invitado debería expresar.
Macht dijo con una sonrisa impotente: —No, fue mordida por una rata rabiosa cuando estaba en la mansión del campo.
Su herida aún no se ha curado por completo.
«Hazel fue mordida…
por una rata rabiosa…» Pensó asintiendo—: ¿Ya la vio algún médico?…
Oh, ¿Y pudieron atrapar a la rata?
—El médico le dio una inyección para prevenir cualquier infección —dijo Macht de forma escueta para luego agregar—: Aún no encontramos a esa rata.
Quizás debamos criar más gatos en esa mansión.
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