Capítulo 1003: 1003 Ritornelo Capítulo 1003: 1003 Ritornelo Editor: Nyoi-Bo Studio Después de arrojar todo a excepción de su ropa, Ernes Boyar permaneció atónito por unos segundos antes de volver en sí.
«¿Qué estoy haciendo?
¿Qué hice?» Ese Vizconde Sanguine finalmente recordó todo lo que había olvidado deliberadamente: Principalmente aquel par de ojos límpidos de color verde-esmeralda.
«Una Señal Psicológica, no, una Hipnosis…» Ernes Boyar miró a su alrededor lleno de ira y horror irresistible, observando instintivamente la situación en la que se encontraba.
Su mirada luego se fijó en la figura tan alta como una montaña.
Vio al Padre Utravsky con sus cejas finas y escasas.
De un momento a otro todo tipo de pensamientos empezaron a correr por la mente de Ernes Boyar, colisionando entre sí.
Abruptamente, solo una intensa idea quedó fija en su cabeza.
Sin presentar resistencia alguna dijo: —¡Vendré aquí para trabajo voluntario durante un mes!
La situación de Emlyn llevaba bastante tiempo siendo conocida por casi todos los Sanguine en Backlund.
Ernes Boyar era muy consciente sobre la habilidad del Padre Utravsky y sabía que, aunque intentara pelear, le sería difícil escapar del destino de cumplir con el trabajo voluntario.
Por otra parte, también podía rendirse y elegir las condiciones que le parecieran más beneficiosas.
«Por lo menos, no debería acabar con ninguna señal plantada en mi mente, convirtiendo mi fe a la Madre Tierra…» Esa consideración pasó por la mente de Ernes.
Notó que Utravsky llevaba una linterna en la mano, y dentro de ella había una extraña vela que parecía estar cubierta de piel humana con protuberancias sobresalientes.
Bajo la tenue iluminación de las velas, las pupilas de Ernes se ensancharon nuevamente.
Un único pensamiento volvió a acaparar su cabeza, resonando una y otra vez: Otra Señal Psicológica…
En ese momento, sintió que la tristeza se volvía espesa en su corazón.
—Muy bien —dijo Utravsky asintiendo al aceptar la solicitud de Ernes Boyar.
Emlyn contuvo su engreimiento y su sonrisa complacida.
Luego miró los artículos que había atrapado, parecía un granjero que acababa de recolectar una cosecha abundante.
*** En una habitación privada en el tercer piso de un restaurante al Noroeste de la plaza, las luces se oscurecieron al mismo tiempo que apareció una gran sombra.
Pequeños murciélagos salieron volando de la oscuridad y para luego reagruparse rápidamente.
Una columna de humo se elevó poco después de que el Conde Mistral con su cabello plateado y ojos escarlatas apareciera cuando los murciélagos terminaron de fusionarse.
Todo a su alrededor había sido restaurado a la normalidad.
Su sirviente, un hombre de mediana edad con un oscuro traje formal, inmediatamente se adelantó y le preguntó con una reverencia: —Mi señor, ¿Comerá ahora?
No tenía forma de saber si todo había resultado sin problemas, o si algo había salido mal, mucho menos inferir el grado de éxito en la operación a juzgar por el rostro del Conde.
Sin embargo, no se atrevió a preguntar.
Mistral asintió y dijo: —Sí.
Caminó hacia la mesa con una mirada compuesta, se quitó el anillo con la fantasmal gema azul y se sentó sin revelar la más mínima grieta en su actitud.
Era como hubiera vuelto de alimentar a las palomas.
*** «Este agradable aroma es bastante único, pero no está nada mal…» En la habitación privada vecina a la del Conde Mistral, Klein tenía un rostro muy común al comentar sobre la delicadeza de la cocina estilo Sivellaus: le habían servido un plato de callos de cordero.
Esta operación de castigo fue una iniciativa de unos pocos miembros del Club del Tarot, un despliegue que no necesitaba de la interferencia de El Mundo o de Sir.
Loco, pero considerando cómo la Srta.
Justicia y La luna Emlyn tenían cero experiencia en emprendimientos de esta naturaleza y más bien poca experiencia en otros asuntos; Klein apareció de incógnito en las inmediaciones como última medida de protección.
Anteriormente hizo que su marioneta le rezara a El Loco mientras entraba al baño adjunto de su habitación privada para situarse por encima de la niebla gris.
Usando el punto de luz correspondiente, vigiló toda la plaza y sus alrededores.
Sosteniendo el Cetro del Dios del Mar en todo momento, estuvo listo para lanzar un rayo que evitara cualquier problema ni bien descubriera que algo andaba mal.
Sin embargo, finalmente no necesitó intervenir.
Todo sucedió más fluidamente de lo esperado.
No era necesario que él se preocupara por el experimentado La Estrella Leonard, pero la Srta.
Justicia, que participaba en una operación como esta por primera vez, había superado sus expectativas.
¡No estuvo nerviosa en lo absoluto, ni tampoco mostró signos de pánico!
«En efecto.
Una Beyonder de 6ª Secuencia de la ruta del Espectador es mucho mejor que los Beyonders de Baja y Media Secuencia de otras rutas en lo que a controlar las emociones se refiere.
Incluso si llegara a sentirse incómoda, se habría compuesto con sus poderes Beyonder antes de iniciar la operación…» Pensó Klein asintiendo levemente mientras continuaba degustando otras delicias.
Fuera de la ventana, en la Plaza de San Hierland, una ecléctica mezcla de flautas, violines, acordeones y guitarras de siete cuerdas producían una música animada que inundaba todo el lugar.
*** Un transporte de alquiler rodeó lentamente del perímetro de la Plaza de San Hierland.
Leonard Mitchell, que estaba a punto de regresar a la orilla Norte del Puente de Backlund, echó un vistazo a las palomas en el centro de la plaza antes de preguntar con voz contenida: —Viejo, ¿qué opinas sobre el resultado de esta operación?
Tras hacer que Ernes Boyar cayera en un sueño, hojeó Los Viajes de Leymano y activó el Abrazo de Ángel.
Luego abandonó la escena en un transporte, desconociendo cuánto éxito tendrían los suyos a continuación.
En su mente, Pallez Zoroast respondió: —En la Cuarta Época, había un refrán que decía: Cree en el poder de las deidades.
«Eso significa que esta operación ha recibido la aprobación tácita de Sir.
Loco, por lo que seguramente concluirá según lo esperado.
Sin embargo, el Viejo no conoce mucho sobre el Club del Tarot.
Sir.
Loco es testigo la mayor parte del tiempo, por lo que no existe ninguna especie de aprobación tácita…» Murmuró Leonard por dentro antes de preguntar nuevamente—: ¿Por qué ese refrán suena incompleto?
Nunca le había informado a Pallez Zoroast de la situación exacta del Club del Tarot.
Todo lo que hizo fue describir superficialmente el panorama general e informarle a “Él” sobre puntos aprobados por el Sir.
Loco.
Pallez se rio entre dientes y dijo: —Ciertamente.
El mismo refrán tiene una segunda mitad: Pero no confíes en “Sus” benevolencias.
«Cree en el poder de las deidades, pero no confíes en “Sus” benevolencias…» Repitió en silencio mientras miraba el cuaderno con una tapa dura color verde-bronce.
Luego murmuró en un tono melancólico: —Esto es muy similar a un Artefacto Sellado de Grado 1.
Además, lidiar con sus efectos negativos es relativamente simple.
Al planificar la operación, consideraron el hecho de que Beyonders de las rutas que involucraban el dominio de la Luna, así como el de la Oscuridad, tenían una resistencia relativamente más fuerte contra efectos relacionados a las Pesadillas.
Leonard originalmente planeó pedir el Hambre Creciente de El Mundo.
Sin embargo, tras un debate posterior, la Srta.
Maga mencionó los rasgos de Los Viajes de Leymano, dándole una mejor opción.
Por lo tanto, Klein, quien originalmente era responsable de contribuir el Abrazo del Ángel, le prestó el Hambre Creciente durante tres horas.
Así registró varios poderes Beyonder útiles, como Soborno: Debilitamiento.
—Eso proviene de la familia Abraham —dijo Pallez Zoroast con un suspiro.
Leonard era consciente de esto hace bastante tiempo, por lo que asintió con indiferencia.
Luego preguntó: —Viejo, ¿sabes cómo debilitar o controlar los efectos negativos del elemento místico que mencioné anteriormente?
«¿Llamas a eso un elemento místico?
¡Esa cosa requiere sellado!» Pález primero reprendió internamente a Leonard.
Luego dijo: —¿No dijiste que posee una característica viva?
De ser así, eso puede ayudar a resolver el problema.
Leonard se sintió aliviado mientras volvía a mirar por la ventana, contemplando la Catedral de San Hierland con su arquitectura que parecía representar varias fábricas.
*** En la Calle Phelps, Municipio Norte, cerca de la Catedral de San Samuel, a la entrada de la Fundación Caritativa de Becas de Loen.
Después de cambiarse de ropa, Audrey se bajó de un transporte con el aspecto de una joven común.
Ya se había deshecho de su atuendo de repartidor de periódicos en una habitación de hotel preparada con anticipación.
Una habitación reservada por alguien bajo las instrucciones de Emlyn.
No tenía nada que ver con ella.
En ese momento, había personas yendo y viniendo frente a la entrada de la Fundación Caritativa de Becas de Loen, pero Audrey se acercó de todas formas sin dudarlo.
Nadie la miró, como si viviera en otro mundo.
Audrey ingresó rápidamente al vestíbulo, subió al segundo piso y se dirigió a la oficina directiva.
Todo aquel que pasaba junto a ella parecía unirse inconscientemente a un juego donde fingía no verla.
Los empleados de la fundación no se sorprendieron en lo más mínimo al ver a esa joven desconocida dentro del edificio.
Audrey estaba a punto de entrar a su oficina cuando de repente escuchó una voz familiar procedente del interior: —Srta.
Audrey, esta es la cantidad de donaciones que logramos recolectar esta semana…
Audrey no pudo evitar curvar las puntas de sus labios al empujar suavemente la puerta entreabierta para ingresar a la oficina.
Adentro, un miembro del personal sostenía una pila de documentos, mostrándosela a alguien detrás del escritorio.
Sentada detrás del escritorio estaba una golden retriever con un par de gafas de montura dorada colgando del cuello.
Ocupando el asiento de la directora, hojeaba casualmente los documentos al decir: —Está bien.
El empleado bajó diligentemente los documentos y le sonrió a la golden retriever: —Me retiraré, entonces, Srta.
Audrey.
Atrás, Audrey contuvo la risa mientras caminaba hacia el sofá.
Silenciosamente observó al empleado salir sin interrumpir a la golden retriever que leía otras notas.
Susie leía seriamente hojas tras hoja, temiendo que algo malo interrumpiera su actuación y afectara la imagen de Audrey en la fundación.
Después de algunos segundos, miró repentinamente a su alrededor sorprendida: —Audrey, ¿ya has vuelto?
«¿Cómo lo notaste?» Audrey se levantó del sofá, apareciendo en la vista de Susie.
De cara a esa operación, había hablado especialmente con Susie.
Consiguió que esta golden retriever la reemplazara en su trabajo en la Fundación Caritativa de Becas de Loen.
Luego, con su mascota ya ubicada en la oficina, hipnotizó a todos los empleados que interactuarían con ella ese día, haciendo que vieran y trataran a Susie como si se tratara de ella misma.
En cuanto a posibles visitas inesperadas, dejó instruido que solo recibiría invitados por la tarde.
Y la señal para salir de la hipnosis colectiva eran las campanas de la catedral a las dos de la tarde.
Susie saltó de la silla al ver a Audrey y dijo con exasperación: —Son casi las dos.
«Así es…» Audrey hizo una mueca tonta por dentro mientras se apresuraba hacia un pequeño salón para cambiarse de ropa.
Luego usó el poder de Control de Llamas de la Mentira para quemar su disfraz anterior.
Tras regresar a su oficina y sentarse en su asiento, se sintió completamente relajada.
Juntó las manos y frunció ligeramente los labios.
Siendo sincera, había estado nerviosa en todo momento.
Sin embargo, pudo lanzarse a sí misma exitosamente varias ondas de Aplacar antes de iniciar el operativo, evitando que sus emociones forzaran algún error.
«Resultó muy interesante ahora que pienso retrospectiva.
Incluso discutimos cómo compensaríamos a los afectados casuales…
¡Bien hecho Audrey!» Una sonrisa brilló en el rostro de la bella joven rubia de ojos verdes, resplandeciendo segundo a segundo.
Al concluir la operación, se percató de que su poción Hipnotizadora se había digerido en una cantidad considerable.
Además, también pudo confirmar una cosa: el objeto místico, la Mano del Horror, que poseía la habilidad Soborno: Encanto.
¡Funcionaba perfectamente con la Hipnosis!
«Sí, también aprendí que el nombre del Sr.
Luna es Emlyn White…
No se molestó en ocultar su identidad, de hecho, era necesario que me lo dijese.
De lo contrario, no habríamos logrado nuestros objetivos…
Sí, sí.
Quizás solo con dar el nombre de la catedral pudo haber sido suficiente, pero eso terminaría exponiendo su identidad de todas formas…
Aún siento algo de ansiedad.
Estuve demasiado rígida durante la Hipnosis.
Realmente, utilicé palabras que muy directas en el primer nivel de Hipnosis…» Pensó, lanzando otra onda de Aplacar en sus sentimientos algo agitados mientras repasaba toda la operación, esperando poder ganar conocimiento de la experiencia.
*¡Gong!
¡Gong!* Las campanas de la Catedral de San Samuel sonaron, indicando que eran las dos de la tarde.
Muchos empleados que estaban en la Fundación Caritativa de Becas de Loen en el nro.
22 sobre la Calle Phelps sintieron que sus cuerpos se estremecieron al escuchar las campanadas.
Pero no se alarmaron, continuaron con su trabajo como si nada hubiera pasado.
*** *¡Gong!
¡Gong!* En medio de las campanas de la catedral, Klein, quien se había transformado nuevamente en Dwayne Dantes, una vez más caminó hacia su balcón en el nro.
160 sobre la Calle Boklund para vigilar la situación relacionada a la casa de Macht.
En ese momento, un transporte pasó frente a la entrada de su residencia y condujo hasta el final de la calle.
De repente, Klein sintió que su percepción se disparaba al mismo tiempo que una escena aparecía en su mente.
Una rata gris estaba apoyaba contra la ventana del transporte, observando tranquilamente el paisaje en el exterior.
Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com