Capítulo 104: NO QUIERO HACER ESTO Capítulo 104: NO QUIERO HACER ESTO Silver encendió la ducha en su baño y se lavó el cuerpo después de terminar de afeitarse.
¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!
Escuchó unos toques fuertes provenientes de su habitación e inmediatamente cerró la ducha. Sabía que era Dante quien llamaba a la puerta, así que rápidamente agarró una toalla del estante y se secó el cuerpo antes de enrollarla en su cabello. Se puso una bata y ató el cinturón alrededor de su cintura antes de salir del baño.
—Ya voy —dijo mientras se acercaba a la puerta y la abría para ver a Dante de pie fuera de su habitación. Lo observó de pies a cabeza; llevaba una camiseta de tirantes y un boxer. Miró hacia arriba y sonrió—. Llegaste justo a tiempo —dijo Silver con una sonrisa pícara en los labios.
—Deja ver qué tienes ahí abajo —dijo Dante, levantando una ceja mientras su mirada se detenía en su pecho.
—Tu deseo es una orden —dijo Silver mientras desataba la bata y se la deslizaba por el hombro dejándola caer a sus pies, dejando su cuerpo completamente expuesto ante él.
Dante sonrió malévolamente complacido con lo que estaba desnudo delante de él. Sus senos eran pequeños con sus pequeños pezones rosados apuntándole. No sabe por qué, pero todo sobre ella lo excita. Se lamió los labios con hambre mientras bajaba la mirada hacia su coño para confirmar si estaba afeitada y, de hecho, estaba perfectamente depilada sin rastro de un solo vello allí. Todo sobre ella era perfectamente atractivo a sus ojos y sin decir palabra, se quitó la camiseta y la lanzó lejos. Agarró con su fuerte mano su cintura y la atrajo contra su cuerpo y, sin ninguna advertencia, estampó sus labios contra los de ella. Ella correspondió a su beso, poniéndose de puntillas mientras su brazo rodeaba su cuello. Lo atrajo hacia la habitación y él cerró la puerta de una patada mientras tropezaban con lo que encontraban a su paso hacia la cama. La besó con tanta fuerza y dureza hasta que se desplomaron en la cama, luego sacó su mano de su cintura y la deslizó hacia su pecho apretándolo fuerte. Ella soltó un gemido ahogado en su boca con los ojos cerrados mientras jugaba con su lengua en su boca.
Dante lentamente recorrió con sus labios hacia su seno izquierdo, tomó su pezón en la boca y comenzó a succionar con fuerza. Ella jadeó profundamente, sintiendo su boca apretar sus pezones. Agarró su cabello y presionó su cara contra su pecho mientras él apretaba y succionaba su seno rápidamente y con fuerza.
—No pares por favor —Silver soltó un gemido apagado mientras él seguía succionando más rápido.
Lentamente, deslizó su mano a través de su estómago y hacia abajo hacia su clítoris. Silver soltó un gemido y cerró sus piernas mientras un inmenso placer la recorría cuando su dedo de repente tocó su clítoris y con su mano aún entre su muslo, comenzó a frotar su clítoris en lentos círculos.
—Ahhh, oh Dios mío —gemía Silver mientras deslizaba su mano hacia abajo e intentaba quitar la suya—. Es demasiado… —Sus ojos humedecidos de placer mientras él no dejaba de acariciar su clítoris con su lento toque—. Por favor para… es… —Intentó apartar su mano pero sin éxito.
—Dilo —ordenó Dante al dejar de succionar y levantar la cabeza para mirarla a la cara.
—Por favor, para —ella lloró.
—¿Ya no lo quieres? —preguntó y ella no podía dejar de gemir para responderle.
—Por favor, para —Silver rogó una vez más y él retiró su mano y se sentó en el borde de la cama mientras ella se sentaba sobre su codo para enfrentarlo. Dio un profundo suspiro de alivio antes de continuar—. No creo que quiera que me hagas esto más —dijo y Dante frunció el ceño antes de preguntar.
—¿Por qué?
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