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  3. Capítulo 646 - Capítulo 646: Mónica se acercó a Ethan
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Capítulo 646: Mónica se acercó a Ethan

Día Setenta y Uno…

~~*****~~

Después de una hora dichosa de intensa pasión, tanto Jane como Nathan se encontraron sucumbiendo gradualmente al dulce abrazo del agotamiento. El fuego de sus momentos íntimos los había dejado satisfechos y contentos, con sus cuerpos vibrando con el resplandor de su éxtasis compartido.

Con una ternura gentil que reflejaba la pasión anterior, se acurrucaron en los brazos del otro, buscando comodidad y calidez. La cabeza de Jane encontró su lugar de descanso sobre los fuertes y protectores brazos de Nathan, y su cuerpo parecía moldearse perfectamente contra él.

Mientras yacían juntos en el acogedor sofá, el mundo exterior dejó de existir, y se encontraban envueltos en una tranquilidad apacible. El ritmo de sus respiraciones, subiendo y bajando, creaba una melodía suave, el único sonido que se podía escuchar en esa habitación.

El cuerpo de Jane se rindió por completo al abrazo de los brazos de Nathan, hundiéndose en la seguridad y comodidad que ofrecían. Era un momento de pura intimidad, donde las palabras eran innecesarias y sus cuerpos hablaban el lenguaje del amor y la satisfacción.

Bajo el suave resplandor de la habitación, se quedaron dormidos en un sueño apacible, envueltos en los brazos del otro. Monica ya había entrado en acción. Tras su reciente encuentro con Jane, Monica se había hecho una solemne promesa a sí misma. Estaba decidida a no permitir que Jane arruinara su meticuloso plan.

******

[ En la escuela de Ethan… ]

Ethan estaba pasando el rato en el patio de la escuela, disfrutando de un momento de soledad cuando una mujer hermosa, adornada con un vibrante vestido floral y unas elegantes gafas de sol, se acercó a él con una actitud amistosa.

Con una cálida sonrisa, le preguntó:

—Ethan, ¿te importaría si me uno a ti aquí?

Señaló con gracia un lugar vacío cercano, y su presencia añadía un toque de intriga al tranquilo escenario del patio de recreo.

Las cejas de Ethan se fruncieron mientras fijaba sus ojos en ella, una sensación de reconocimiento lo invadió como una ola distante. Frente a él estaba nada menos que Helena Carlsen, la misma mujer que una vez aspiró a convertirse en la prometida de su padre. Esto había sido arreglado por su abuelo, el Anciano Xu, debido al trato que tenía con Maximiliano Carlsen.

Con un tono compuesto y medido, Ethan preguntó:

—¿Qué la trae aquí, Señorita Carlsen?

Su voz no mostraba emoción discernible, ocultando la curiosidad que revolvía dentro de él.

No podía evitar preguntarse cuáles eran sus intenciones. ¿Estaba Helena Carlsen de nuevo en una misión para ganarse a su padre? Decidido a desentrañar el misterio detrás de su inesperada presencia, Ethan le extendió la invitación para que se sentara a su lado, otorgándole la oportunidad de aclarar su verdadero objetivo.

Monica hizo todo lo posible para mantener su cálida sonrisa y vibra amistosa. A medida que se acomodaba junto a Ethan, extendió la mano, tomando suavemente sus manos; sus ojos reflejaban una mezcla de determinación y sinceridad.

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—Ethan —comenzó con una pizca de solemnidad—, hay algo importante que debo compartir contigo. Sus palabras flotaban en el aire, cargadas de una gravedad que insinuaba la importancia de lo que estaba a punto de revelar.

Ethan miró a Monica con una expresión desconcertada, un velo de escepticismo descendiendo sobre él. Había aprendido a ser cauteloso, especialmente frente a alguien en quien no podía confiar del todo. Con una actitud cautelosa, levantó sus defensas y respondió:

—¿Qué es?

Los ojos de Monica se movían nerviosamente alrededor de su entorno, su actitud reflejaba una palpable inquietud, como si estuviera preocupada por oídos husmeadores o miradas atentas.

Inclinándose ligeramente, susurró:

—No puedo revelar los detalles aquí. No es seguro. ¿Puedes venir conmigo?

Su petición llevaba un sentido de urgencia, profundizando el misterio y aumentando la curiosidad de Ethan sobre lo que podría ser tan importante como para requerir un lugar más discreto.

Sin embargo, Ethan conocía la regla número uno: nunca seguir a un desconocido. Esta regla le había sido inculcada desde su niñez, una lección vital de seguridad personal que no podía ignorar ni pasar por alto fácilmente.

—Lo siento, pero no puedo ir contigo. Todavía eres una desconocida para mí —declaró firmemente Ethan, adhiriéndose a sus principios de precaución.

Monica dejó escapar un suspiro de impotencia, reconociendo que Ethan era, en efecto, un joven inteligente y precavido. Sabía que necesitaba cambiar su enfoque para ganarse su confianza.

—Está bien —comenzó, eligiendo un ángulo diferente—. Entiendo tu preocupación, pero ¿y si te dijera que ya conoces a alguien que me conoce? ¿Eres amigo de Mia, verdad? Bueno, actualmente estoy quedándome con Mia. De hecho, estoy aquí para recogerla. Podrías venir con nosotros a la casa de Mia.

Monica esperaba que esta conexión con Mia pudiera hacer que Ethan se sintiera más cómodo con la idea de acompañarla.

Ethan guardó silencio por un momento, contemplando si debería ir o no. Al ver la duda en sus ojos, Monica reconoció la necesidad de persuadirlo más.

Monica se inclinó, su voz suavizada con un tono de urgencia:

—Ethan, por favor entiende la gravedad de la situación. Esto es profundamente importante y concierne directamente a tu madre.

Sus palabras flotaban en el aire, cargando un peso que presionaba la conciencia de Ethan, instándolo a reconsiderar su decisión.

La curiosidad se encendió en los ojos de Ethan al escuchar eso.

—¿Conoces a mi madre biológica?

Monica ocultó una sonrisa triunfante al observar la chispa de intriga iluminándose en los ojos de Ethan. Asintió fervientemente, aprovechando la oportunidad para despertar aún más su curiosidad.

—Sí —afirmó con convicción—, de hecho conozco a tu madre, y poseo información crucial sobre ella y tus padres. Si vienes conmigo, prometo revelarte todas las verdades que buscas.

Sus palabras llevaban un aire de misterio, ofreciendo la promesa de secretos largamente ocultos que tenían el potencial de redefinir la comprensión de Ethan sobre la historia de su familia.

—De acuerdo —accedió Ethan, su curiosidad pesando más que su precaución—. Quiero saber la verdad. Iré contigo. Pero necesito llevar a mis guardias y a mi niñera conmigo.

—Por supuesto —aceptó Monica rápidamente—. Puedes traerlos contigo. Seguridad ante todo.

Se levantó de su asiento, extendiendo una mano para ayudar a Ethan a levantarse.

—Ven, no perdamos tiempo. Tenemos mucho de qué hablar.

Con eso, emprendieron juntos un viaje, listos para desentrañar los misterios del pasado de Ethan.

Fuente: Webnovel.com, actualizado en Novelasya.com

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